La familia de Abderrahman teme que quede señalado "para toda la vida"

La familia de Hamed Abderrahman teme que el ceutí que ingresó en la prisión de Guantánamo por decisión de autoridades norteamericanas esté estigmatizado "para toda la vida" y que no pueda ya vivir con normalidad, "entre otras cosas porque en la ciudad se le conoce como 'el talibán ceutí". Ese temor y esas advertencias las expresó ayer la menor de los siete hermanos de Abderrahman, Nayat, de 23 años.

La familia acogió la noticia de la puesta en libertad de Hamed -se enteró por llamadas de periodistas- con alegría, incredulidad y sin apenas poder contener la emoción. Nayat, la única integ...

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La familia de Hamed Abderrahman teme que el ceutí que ingresó en la prisión de Guantánamo por decisión de autoridades norteamericanas esté estigmatizado "para toda la vida" y que no pueda ya vivir con normalidad, "entre otras cosas porque en la ciudad se le conoce como 'el talibán ceutí". Ese temor y esas advertencias las expresó ayer la menor de los siete hermanos de Abderrahman, Nayat, de 23 años.

La familia acogió la noticia de la puesta en libertad de Hamed -se enteró por llamadas de periodistas- con alegría, incredulidad y sin apenas poder contener la emoción. Nayat, la única integrante de la familia que aceptó conversar por teléfono desde el domicilio familiar, situado en el barrio del Príncipe, recordó los momentos "tan malos" por los que han pasado, sobre todo sus padres. "Estamos todos muy contentos, pero sobre todo mi madre, que lo ha llevado realmente mal. Para nosotros es un día muy feliz", manifestó.

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A la espera de hablar con los abogados, la mayor parte de la familia Abderrahman esperará en Ceuta la llegada de Hamed. Ayer, ninguno de sus parientes precisó si Hamed se quedará en Ceuta o si vivirá en Barcelona o Madrid, donde también residen parientes directos y podría pasar más inadvertido. "Ni él mismo sabe lo que va a hacer, pero tiene que estar tranquilo una temporada", comentó su hermana Nayat.

En los tres años que ha durado el cautiverio de Hamed, primero en Afganistán, luego en Guantánamo y desde febrero pasado en las prisiones de Soto del Real y Alcalá-Meco (Madrid), su familia ha tenido que atender con frecuencia requerimientos de medios de comunicación. "Por eso ahora hablamos tan poco", explicó Nayat. Parca en palabras y contenta, la hermana menor de Hamed subrayó que "se ha hecho justicia" y que ya buscarán la manera "de pagar los 3.000 euros de la fianza".

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