EE UU crea nuevos tribunales para revisar la situación de los presos de Guantánamo

Los 595 prisioneros no tendrán derecho a abogado ni a la presunción de inocencia

En un aparente intento de retener el control de los prisioneros en la base de Guantánamo tras el fallo del Tribunal Supremo de Estados Unidos concediéndoles derechos de apelación, el Pentágono ha creado precipitadamente nuevos Tribunales de Revisión del Estatuto de Combatiente Enemigo, ante los que comparecerán los 595 cautivos. Estos tribunales distan mucho, sin embargo, de cumplir con el dictamen emitido por el Supremo: los prisioneros no contarán con abogado ni tendrán presunción de inocencia. No se trata, además, de un proceso legal, sino administrativo.

Pero, llegado el caso de que...

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En un aparente intento de retener el control de los prisioneros en la base de Guantánamo tras el fallo del Tribunal Supremo de Estados Unidos concediéndoles derechos de apelación, el Pentágono ha creado precipitadamente nuevos Tribunales de Revisión del Estatuto de Combatiente Enemigo, ante los que comparecerán los 595 cautivos. Estos tribunales distan mucho, sin embargo, de cumplir con el dictamen emitido por el Supremo: los prisioneros no contarán con abogado ni tendrán presunción de inocencia. No se trata, además, de un proceso legal, sino administrativo.

Pero, llegado el caso de que los prisioneros presentaran recursos de habeas corpus ante la justicia federal de Estados Unidos, el Tribunal de Revisión serviría para que el Gobierno pudiera argumentar que ya les había dado la oportunidad de recurrir sus detenciones y que, por tanto, habían cumplido con sus obligaciones legales. Ése es, en opinión de varios juristas, el objetivo principal del nuevo proceso.

El panel que llevará a cabo las revisiones estará formado por tres militares supuestamente "neutrales", que no hayan estado involucrados "en la captura, detención o interrogatorios de los cautivos", según la orden de creación de los tribunales firmada por el subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz. A cada detenido le asignarán un "representante personal", que hará las veces de abogado, ayudando al "combatiente enemigo" a prepararse para las audiencias de revisión de su caso. También contarán con un intérprete.

A los detenidos les permitirán asistir a todas las sesiones, con excepción de las deliberaciones y de los momentos en que se discutan aspectos que afecten a la seguridad nacional. Tendrán derecho a testificar en su defensa, a presentar pruebas exculpatorias, interrogar testigos de la acusación y aportar sus propios testigos. Pero estos últimos, sólo "cuando estén inmediatamente disponibles", requisito que en la práctica excluye potencialmente a casi todos los testigos que estén en Afganistán -donde fueron capturados la mayoría-, en sus países de origen o en otros lugares.

Recurso en 30 días

Al "representante personal" le darán cierto grado de acceso al historial de su "cliente", a las partes del mismo que no sean clasificadas. En teoría, el representante podrá compartir dicha información con el detenido; lo que no ha aclarado el Pentágono es si la comunicación entre ambos es confidencial o estará vigilada. Una vez que se celebren las vistas y los tribunales tomen la decisión de si el prisionero debe seguir o no clasificado como "combatiente enemigo", cabe la posibilidad de que su representante recurra la decisión en 30 días. Los que ya no se consideren combatientes serán entregados al Departamento de Estado, que gestionará el traslado a su país de origen "sin costo" para el interesado.

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EE UU creó la categoría de combatiente enemigo durante la guerra de Afganistán para designar a los capturados que no pertenecen a un ejército convencional, por lo cual, según Washington, no están amparados por los derechos de la Convención de Ginebra para prisioneros de guerra. Las organizaciones que defienden a los detenidos de Guantánamo se han opuesto a dicha clasificación y ayer criticaron los nuevos Tribunales de Revisión. "Es ilegal e inadecuado", según el Centro para los Derechos Constitucionales, cuyos abogados interpusieron la demanda en nombre de 16 detenidos que dio lugar al fallo del Supremo.

Los Tribunales de Revisión han desconcertado al Centro para los Derechos Constitucionales, que preparaba cientos de recursos ante los tribunales federales. No está claro si el nuevo procedimiento establecido por el Pentágono mantendrá los casos dentro de la justicia militar, porque el Supremo no ha especificado dónde deben recurrir los detenidos, sino que sólo tienen derecho a hacerlo porque Guantánamo es "a todos los efectos" jurisdicción de EE UU. El margen de interpretación es amplio. Como los juristas, civiles y militares, no logran ponerse de acuerdo, el Pentágono ha aprovechado ese vacío para crear preventivamente un procedimiento que anule el argumento de que Guantánamo es un limbo judicial.

Paralelamente a los Tribunales de Revisión se han establecido otras dos vías de resolución: una "evaluación anual" de la situación de cada preso y tribunales militares -con menos garantías procesales que los consejos de guerra-para enjuiciar a varios detenidos. Al menos 15 son ya candidatos para estos tribunales.

A todo esto, los 595 detenidos aún no saben nada. El Pentágono tiene previsto notificarles en diez días de la revisión de sus casos y sobre los derechos de apelación dictaminados por el Supremo.

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