Un presunto terrorista teme ser torturado si es entregado a Marruecos
Abdelaziz Benyaich, un marroquí procesado por el juez Baltasar Garzón por pertenencia a organización terrorista por su vinculación con la célula española de Al Qaeda que dirigía Imad Eddin Barakat Yarkas, Abu Dahdah, expresó ayer su temor a ser torturado si es entregado a la justicia marroquí.
Marruecos lo reclama por colaboración con una organización terrorista que colocó varias bombas en locales comerciales de Tánger, por lo que, en caso de ser condenado, le podría corresponder una pena entre cinco y diez años de prisión.
El fiscal Enrique Molina se mostró favorable a la...
Abdelaziz Benyaich, un marroquí procesado por el juez Baltasar Garzón por pertenencia a organización terrorista por su vinculación con la célula española de Al Qaeda que dirigía Imad Eddin Barakat Yarkas, Abu Dahdah, expresó ayer su temor a ser torturado si es entregado a la justicia marroquí.
Marruecos lo reclama por colaboración con una organización terrorista que colocó varias bombas en locales comerciales de Tánger, por lo que, en caso de ser condenado, le podría corresponder una pena entre cinco y diez años de prisión.
El fiscal Enrique Molina se mostró favorable a la entrega a Marruecos de Benayich, que fue detenido en Algeciras (Cádiz) en junio de 2003, pero después de que haya extinguido su responsabilidad penal en España, porque aparte de su procesamiento por su vinculación con la célula española de Al Qaeda, también está acusado de haber participado en la preparación en España de los atentados de Casablanca, el 16 de mayo de 2003, en los que murieron 45 personas, entre ellos cuatro ciudadanos españoles.
Ayer, Abdelaziz Benyaich aceptó su extradición a Marruecos, siempre que este país se comprometa a garantizar que no será torturado y que no pueda ser condenado a muerte ni a cadena perpetua.
Las condiciones exigidas por Benyaich son irrealizables e innecesarias, según fuentes de la Fiscalía, ya que las autoridades marroquíes han pedido la extradición por un delito de colaboración con banda terrorista cuya pena oscila entre los cinco y diez años de cárcel, y que en ningún caso podría derivar en una cadena perpetua.