El Gobierno dice a los obispos que no pueden imponer sus normas ni valores morales

La vicepresidenta primera y portavoz del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, advirtió ayer a la Iglesia católica de que no puede imponer sus normas a la sociedad. El Estado español es aconfesional y tiene normas y valores morales contenidos en la Constitución, dijo tras el Consejo de Ministros, que presidió en ausencia de José Luis Rodríguez Zapatero, de viaje oficial en México. La Conferencia Episcopal censuró el jueves con gran dureza al Ejecutivo socialista después de que los ministros de Justicia y Sanidad anunciaran reformas en materias sobre las que la jerarquía católica mantien...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La vicepresidenta primera y portavoz del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, advirtió ayer a la Iglesia católica de que no puede imponer sus normas a la sociedad. El Estado español es aconfesional y tiene normas y valores morales contenidos en la Constitución, dijo tras el Consejo de Ministros, que presidió en ausencia de José Luis Rodríguez Zapatero, de viaje oficial en México. La Conferencia Episcopal censuró el jueves con gran dureza al Ejecutivo socialista después de que los ministros de Justicia y Sanidad anunciaran reformas en materias sobre las que la jerarquía católica mantiene criterios radicalmente opuestos en reproducción asistida e investigación con embriones (Sanidad), matrimonio entre homosexuales y despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo (Justicia).

El portavoz de los obispos, Juan Antonio Martínez Camino, anunció el jueves que la Iglesia apoyará movilizaciones contra esas reformas, contra las que alzó la voz con expresiones como "eliminación de seres humanos" o "ilegitimidad del Estado". El Gobierno replicó ayer que las posiciones de la Iglesia "son respetables, pero no las puede imponer al conjunto de la ciudadanía". "Las únicas normas de obligado cumplimiento, tanto para el Gobierno como para el conjunto de los ciudadanos, son las derivadas de la Constitución", dijo la vicepresidenta Fernández de la Vega. También expresó su deseo de que las relaciones Gobierno-Iglesia discurran por el "cauce del diálogo, el acuerdo y el debate, e incluso, si es necesario, el desacuerdo". "Desde luego, no me parece lo más razonable que transcurran por cauces como el de las movilizaciones; tenemos que sentar reglas generales claras", remachó.

"Errores científicos"

Ya en el terreno de lo concreto, fue la ministra de Sanidad, Elena Salgado, quien advirtió a los obispos de sus "errores científicos" y de información. También les reprochó que susciten "una alarma social injustificada". "Los prelados atribuyen al Gobierno una intencionalidad distinta de la que tiene. Lo único que queremos es que las parejas que no pueden tener hijos tengan la oportunidad de tenerlos", dijo.

Elena Salgado explicó que negar, como hacen los prelados, cualquier procedimiento de reproducción asistida va en contra de lo que "desea y acepta" la sociedad española; y que permitir la investigación con células madre está destinado a salvar vidas y a abrir una puerta de esperanza a la curación de enfermedades.

La ministra también recordó a la jerarquía católica que el Gobierno ha resuelto acometer esas reformas tras el informe favorable de sociedades científicas y éticas, y dijo no entender "muy bien la referencia inexacta a la denominada clonación terapéutica" que contiene el documento episcopal. "Por el momento, ésa no es una cuestión que se vaya a introducir en la primera modificación de la ley", precisó.

Archivado En