PEDIATRÍA | Riesgo cardiovascular

Los pediatras plantean mejorar la vigilancia de la tensión en niños

Un niño con la presión arterial alta será muy probablemente un adulto hipertenso. Los pediatras y cardiólogos parten de esta premisa para advertir de la necesidad de generalizar e intensificar la medición de la presión arterial a edades muy tempranas, entre los tres y los seis años.

En España, la medición de la presión arterial suele ser uno más de los controles a los que se someten los niños en las revisiones anuales a partir de los seis años. Según el presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, Fernando Malmierca, este control se realiza de f...

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Un niño con la presión arterial alta será muy probablemente un adulto hipertenso. Los pediatras y cardiólogos parten de esta premisa para advertir de la necesidad de generalizar e intensificar la medición de la presión arterial a edades muy tempranas, entre los tres y los seis años.

En España, la medición de la presión arterial suele ser uno más de los controles a los que se someten los niños en las revisiones anuales a partir de los seis años. Según el presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, Fernando Malmierca, este control se realiza de forma bastante generalizada en los centros de salud públicos españoles. Malmierca sostiene que iniciar el control periódico de la hipertensión a esta edad es "suficiente" y agrega que empezar antes sólo sería necesario si hubiera evidencias científicas que demuestren su utilidad.

Estados Unidos aconseja iniciar la medición de la tensión a los tres años de edad
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Sin embargo, en Estados Unidos las nuevas directrices sobre control de la hipertensión aconsejan empezar las mediciones periódicas de la presión ya a los tres años de edad, según expondrá la revista Pediatrics en su edición del próximo julio. Según esta publicación, entre el 1% y el 3% de los niños y adolescentes pueden tener hipertensión. "La acusada asociación de la presión arterial con la obesidad y el marcado aumento de la incidencia de la obesidad infantil indican que tanto la hipertensión como la prehipertensión se están convirtiendo en una cuestión de salud significativa en los jóvenes", afirma Bonita Falkner, profesora de Medicina y Pediatría en la Universidad Thomas Jefferson de Filadelfia (EEUU).

Malmierca asegura que los pediatras españoles llevan tiempo preocupados por la denominada "pediatría geriátrica", es decir, por aquellas patologías propias de los adultos que son prevenibles ya desde la infancia, como la hipercolesterolemia y la hipertensión. Los controles periódicos en estos casos son de gran utilidad, según Malmierca, porque "permiten tomar medidas a tiempo para reducir los riesgos a largo plazo a los que se enfrentan los niños hipertensos o con el colesterol elevado". La presión elevada y la hipercolesterolemia son factores de riesgo de accidente cardiovascular.

Salvo en los casos en que la presión arterial elevada en un niño sea consecuencia de alguna enfermedad, generalmente de tipo renal o cardiaca, los pediatras recomiendan al niño hipertenso habituarse a un estilo de vida saludable. "Los fármacos eficaces contra la tensión arterial elevada no son inocuos, por lo que es preferible fomentar el seguimiento de una serie de pautas correctoras, entre ellas evitar la obesidad y las comidas excesivamente saladas y acostumbrar al niño a salir a la calle a jugar y correr en lugar de pasarse horas en el sofá ante el televisor", afirma Jordi Soler Soler, catedrático de cardiología de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y jefe del servicio de Cardiología del Hospital Vall d'Hebron de la capital catalana. Soler apuesta por generalizar la medición de la presión arterial a los niños a partir de los cuatro o cinco años y considera necesario concienciar a los pediatras para que realicen este control de forma rutinaria.

El cardiólogo considera también necesario realizar un seguimiento médico muy estricto a los niños con bajo peso al nacer, ya que varios estudios han puesto de manifiesto que estos bebés presentan mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares e hipertensión a lo largo de su vida.

Pediatras y cardiólogos advierten de que los parámetros de la medición de la presión arterial utilizada en los adultos no pueden trasladarse a los niños. En la etapa infantil, las cifras sistólica y diastólica de la presión arterial de la sangre dependen del tamaño corporal, la edad, el sexo y el peso, entre otros parámetros. Los médicos que toman la tensión a los niños han de guiarse por unas tablas, presentes ya en la mayoría de las consultas de pediatría, para evitar diagnósticos erróneos.

Medición de la tensión a un niño ingresado en un hospital.JORDI ROVIRALTA

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