Al menos 33 muertos en un ataque contra un autobús militar en Cachemira

Mientras en Nueva Delhi el primer ministro Manmohan Singh trataba de distribuir las 67 carteras de su Gobierno entre los dirigentes del Partido del Congreso y de los 17 partidos que forman la coalición gobernante desde el sábado, los independentistas cachemiros rompieron el alto el fuego unilateral decretado en noviembre pasado e hicieron saltar por los aires un autobús cargado de militares y sus familias. Al menos 33 personas murieron y otras 15 resultaron heridas de gravedad.

El atentado ocurrió en la carretera que une Srinagar, la capital de Cachemira, y Yamu, la segunda ciudad del E...

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Mientras en Nueva Delhi el primer ministro Manmohan Singh trataba de distribuir las 67 carteras de su Gobierno entre los dirigentes del Partido del Congreso y de los 17 partidos que forman la coalición gobernante desde el sábado, los independentistas cachemiros rompieron el alto el fuego unilateral decretado en noviembre pasado e hicieron saltar por los aires un autobús cargado de militares y sus familias. Al menos 33 personas murieron y otras 15 resultaron heridas de gravedad.

El atentado ocurrió en la carretera que une Srinagar, la capital de Cachemira, y Yamu, la segunda ciudad del Estado indio de Yamu y Cachemira. Una mina, accionada por control remoto, explotó al paso del autobús, que se salió de la carretera, volcó y se prendió fuego, lo que dificultó la evacuación de los 35 ocupantes, de los que sólo sobrevivieron dos que se encuentran en estado muy grave. Un portavoz militar indicó que murieron 15 soldados guardafronteras y 18 familiares, entre ellos, 6 mujeres y 3 niños.

La explosión fue tan fuerte que el autobús militar chocó antes de volcar con un autobús civil, en el que varios pasajeros resultaron heridos. El subinspector general de la Fuerza de Seguridad de Fronteras, K. Srinivasan, atribuyó el ataque a "terroristas separatistas musulmanes". En una llamada telefónica a una emisora local de Srinagar, la organización Hizbul Muyahidin asumió la autoría del ataque en venganza por el asesinato de uno de sus comandantes hace unos meses.

El nuevo primer ministro condenó el atentado y señaló la voluntad de su Gabinete por buscar, junto con Pakistán, una solución pacífica para esa región, dividida entre India y Pakistán y en la que al menos han muerto 70.000 personas desde que en 1989 comenzó la insurgencia separatista. India y Pakistán han mantenido dos guerras por esta disputada zona de mayoría islámica y, según Nueva Delhi, Islamabad financia y apoya las acciones de los insurgentes. Manmohan Singh destacó que "no habrá compromisos ni acuerdos con la amenaza terrorista". "La persistencia de una violencia sin sentido en Cachemira es otra señal de que el terrorismo sigue siendo una grave amenaza para la integridad y el progreso de la nación", agregó.

El Gabinete se reunió ayer por primera vez para acordar la distribución de las carteras.

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