Cartas al director

Juegos luminotécnicos de Madrid

Desconozco si Pascua Ortega, el encargado de iluminar Madrid estos días, es monárquico o republicano; tampoco creo que sea ahora lo más importante. Pero lo que sí sé es que desconoce el valor de la sencillez. Las cosas bellas son bellas en sí mismas, en su autenticidad, en su hermosa naturaleza radica su fuerza. Alcanzar la sencillez en este punto, despojarnos de todo lo superfluo y abrazar lo que perdura, lo esencial, lo único estrictamente necesario.

Nunca creí que vería la Cibeles de morado, y que si alguna vez llegaba a pasar pensaba que sería un acto perseguido, una salvajada más d...

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Desconozco si Pascua Ortega, el encargado de iluminar Madrid estos días, es monárquico o republicano; tampoco creo que sea ahora lo más importante. Pero lo que sí sé es que desconoce el valor de la sencillez. Las cosas bellas son bellas en sí mismas, en su autenticidad, en su hermosa naturaleza radica su fuerza. Alcanzar la sencillez en este punto, despojarnos de todo lo superfluo y abrazar lo que perdura, lo esencial, lo único estrictamente necesario.

Nunca creí que vería la Cibeles de morado, y que si alguna vez llegaba a pasar pensaba que sería un acto perseguido, una salvajada más de los fanáticos que defienden cualquier color a ultranza. Pero no, es una brillante, luminosa propuesta de las propias autoridades. ¿Y la Puerta de Alcalá?, que parece estar decorada con la bandera republicana; si Carlos III, el gran monarca de la cultura española y napolitana, levantara la cabeza...

Madrid es suficientemente hermosa para que tengan que cubrirla con semejantes atuendos estridentes, ornatos majestuosos que tapan su verdadero encanto.

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Tampoco entiendo muy bien por qué hay que preparar Madrid especialmente para esta fecha. La Monarquía es, y que esto no se olvide, una institución que está, o que debe estar, al servicio de la soberanía nacional y no al revés.

Madrid merece un trato especial cualquier momento del año tanto como éste.

Aunque si es para revestirla de serpentinas de colores, de luces fosforitas circenses y demás..., lo mejor es que sea una vez y nunca más.

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