Cepsa se disputa con Galp la compra de las 600 gasolineras de Shell en España y Portugal

La operación, que supone la retirada de la petrolera británica, está valorada en 720 millones

Shell está a punto de cerrar casi un siglo de presencia en el mercado ibérico de carburantes. Entre esta semana y la próxima, la petrolera anglo-holandesa ya habrá terminado de negociar la venta de su red de 600 gasolineras en España y Portugal por un valor medio de unos 720 millones de euros, y en la que la española Cepsa aparece como favorita. En la puja, no obstante, figura además la firma portuguesa Galp y, en menor medida, BP, tercer operador español. Otras petroleras que aún no están presentes en este mercado ibérico, también han mostrado interés en la operación.

La batalla por la...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Shell está a punto de cerrar casi un siglo de presencia en el mercado ibérico de carburantes. Entre esta semana y la próxima, la petrolera anglo-holandesa ya habrá terminado de negociar la venta de su red de 600 gasolineras en España y Portugal por un valor medio de unos 720 millones de euros, y en la que la española Cepsa aparece como favorita. En la puja, no obstante, figura además la firma portuguesa Galp y, en menor medida, BP, tercer operador español. Otras petroleras que aún no están presentes en este mercado ibérico, también han mostrado interés en la operación.

Más información

La batalla por las 310 gasolineras que tiene Shell en España y las 290 en Portugal está en su punto más álgido y el desenlace, que no puede demorarse por mucho más tiempo, es aún bastante impredecible. Hace más de un mes que la petrolera anglo-holandesa negocia la venta de sus activos en la península Ibérica, por los que han aparecido más interesados de los que esperaba. Por la venta de todas las gasolineras, la petrolera puede obtener unos 720 millones de euros o pactar un intercambio de activos desde una posición ventajosa.

Hay dos bandos con intereses y posibilidades claramente diferenciadas: el de los compradores que hacen la operación para reforzar su posición en el mercado ibérico y el de los que quieren poner un pie en España y Portugal a través de una red nada despreciable y bien situada. De este segundo grupo se sabe poco, sólo que uno de ellos es una gran petrolera estadounidense.

La portuguesa Galp, Cepsa, BP, y probablemente la italiana Agip, están en el primer grupo. Repsol YPF no puede incluirse, aunque quisiera, ya que el decreto de liberalización del sector energético de 2000 impide a la petrolera que preside Alfonso Cortina ampliar su red hasta junio de 2005. La misma prohibición pesaba para Cepsa, la segunda operadora española, pero hasta junio del año pasado.

Cepsa ocupa un lugar favorito en las negociaciones. Tiene los recursos y el poder suficiente como para ampliar su red y, tras los años de veda gubernamental, su apetito es voraz. Hace dos años, intercambió gasolineras con Galp para apuntalar su entrada en Portugal y ahora con Shell se le presenta una oportunidad de reforzarse en su propio terreno. Tanto Cepsa como BP declinaron ayer hacer cualquier comentario sobre su interés por Shell.

Pero la portuguesa Galp ha aparecido como un serio rival, dado su interés por reforzar su presencia en España. La petrolera lusa, que ya tiene cerca del 4% de cuota de mercado, pretende duplicar esa cifra en los próximos tres años. Hace un año dio un gran salto quedándose con la mitad de las 187 gasolineras que tenía Total a través de un intercambio de activos. La otra mitad de esas estaciones de servicio se las quedó la italiana Agip (controlada por el grupo italiano Eni, que a su vez posee el 33% de Galp). Por ello, aunque la italiana puede estar en la puja por Shell, no llegaría a enfrentarse directamente con su participada. Además, Agip compró las 130 gasolineras que tenía en España la también italiana Saras.

La salida de Shell de España y Portugal es sólo una parte de la nueva estrategia del presidente Jeroen van der Veer para sacar a flote la compañía tras el escándalo de la presunta manipulación del nivel de reservas de la petrolera. La crisis que se abrió hace un año cuando se descubrió que Shell tenía en realidad unos 4.000 millones de barriles de crudo y gas (20% del total) menos de los que aseguraba tener, se agravó con la salida del ex presidente Phil Watts y otros dos altos cargos, y la apertura de investigaciones por parte de las autoridades bursátiles de EE UU y el Reino Unido, además de por el Departamento de Justicia estadounidense.

Medidas de gran calado

En los últimos tres meses, Van der Veer comenzó a moverse para reflotar a Shell. La petrolera, entre otras medidas, anunció un acuerdo con Libia para aumentar su producción, el traslado de 2.000 puestos de trabajo de Europa a India y Malaisia y la inversión de 2.000 millones de dólares en la recompra de acciones propias para recuperar la confianza de los inversores. En pocas palabras, Van der Veer quiere centrar a Shell en sus actividades y mercados más rentables y recortar sus gastos.

La venta de las 600 gasolineras en España y Portugal es otra de esas medidas de reajuste de la nueva dirección de Shell. Hace un año la francesa Total también abandonó España por razones estratégicas, dejando sólo algo de presencia en el sector de lubricantes. Para Shell, el mercado ibérico tampoco es clave. A pesar de que en Portugal está presente desde 1910 y en España desde 1920, aunque nunca ha pasado de ser la cuarta petrolera por cuota de mercado.

Sobre la firma

Archivado En