El Congreso aísla al PP y refrenda la retirada de las tropas españolas de Irak

Todos los grupos condenan las torturas a presos iraquíes por parte de las fuerzas ocupantes

El Congreso de los Diputados hurgó ayer en la herida por la que aún supura el PP: la guerra de Irak. La decisión de mayor alcance político tomada por José María Aznar cuando presidía el Gobierno -enviar tropas al conflicto- revocada en las primeras 24 horas de mandato por su sucesor, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, sufrió ayer una nueva censura de la Cámara baja. Esta vez, en positivo: todo el arco parlamentario, salvo el PP (185 votos a favor, 141 en contra y cuatro abstenciones), otorgó el refrendo a la orden del presidente del Gobierno de que vuelvan los soldados.

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El Congreso de los Diputados hurgó ayer en la herida por la que aún supura el PP: la guerra de Irak. La decisión de mayor alcance político tomada por José María Aznar cuando presidía el Gobierno -enviar tropas al conflicto- revocada en las primeras 24 horas de mandato por su sucesor, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, sufrió ayer una nueva censura de la Cámara baja. Esta vez, en positivo: todo el arco parlamentario, salvo el PP (185 votos a favor, 141 en contra y cuatro abstenciones), otorgó el refrendo a la orden del presidente del Gobierno de que vuelvan los soldados.

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Hace 15 días, el PP se agarró al Reglamento para impedir que el Congreso votase una proposición no de ley en la que se apoya de manera expresa la decisión del presidente del Gobierno de hacer regresar de Irak a los soldados españoles destacados en el conflicto.

Ayer no pudo impedir que durante hora y media los portavoces de todos los grupos de la Cámara bombardeasen el hemiciclo con reproches a lo que Aznar decidió en marzo de 2003 y sembraran de elogios el viraje radical de Zapatero.

Los 45 votos de diferencia -185 frente a 141- a favor de las tesis del Gobierno, más allá del valor numérico, suponen un nuevo episodio de aislamiento parlamentario para el PP. Hubo cuatro abstenciones, tres del PP y una del PSOE, que, con toda probabilidad fueron otros tantos errores al pulsar el artilugio de votación.

A las muchas razones que se habían desgranado en el hemiciclo contra la participación española en la guerra durante los últimos meses de la anterior legislatura, se añadió ayer, por todos los portavoces, el escándalo de las torturas infligidas a presos iraquíes.

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Incluso el portavoz del PP Gustavo Arístegui se apresuró a mostrar la condena de su grupo a "los abyectos y repulsivos comportamientos de tortura que se han producido".

Diego López Garrido, en nombre del Grupo Socialista, se explayó en consideraciones sobre la significación de las torturas que se han denunciado: "Expresan la ilegalidad de la guerra" y suponen, dijo que "la ilegalidad originaria de la guerra al final conduce a que quienes ejecutan esa guerra se sientan impunes para cometer actos ilegales".

El portavoz socialista -lo mismo que el resto de los grupos que apoyaron la proposición- no olvidó zaherir la decisión de participar en la guerra tomada por el Ejecutivo del PP y aseguró: "Uno de los gravísimos errores del Gobierno anterior, del Gobierno presidido por Aznar, en su momento, fue precisamente el asumir una responsabilidad sin tener ninguna autoridad para poder dirigir lo que suponía una responsabilidad para nosotros".

López Garrido exprimió el episodio de las torturas hasta conectarlo con "imágenes del III Reich y no de ejércitos de países democráticos".

El debate transcurrió sin apenas alteraciones. Se aplaudieron las intervenciones de los portavoces y los diputados del PP aguantaron con estoicismo el aluvión de alusiones al apoyo que prestaron para enviar tropas a Irak.

Ni siquiera José Antonio Labordeta (Chunta Aragonesista) logró alterar los ánimos en los escaños populares, pese a que despidió su intervención con esta andanada: "Aquí se nos dijo que iba a bajar la gasolina y la gasolina sube, que se iba a acabar el terrorismo y hay terrorismo por todos sitios. ¿Qué más mentiras les quedan a ustedes por decir para no votar a favor de esta proposición?".

López Garrido invitó expresamente al PP y lo mismo hizo el portavoz de CiU, Jordi Xuclá, a la reflexión y a sumarse al consenso general, pero Arístegui, en nombre de los populares no entró, directamente, en ninguno de los argumentos que manejó el resto y se aplicó a descalificar la postura del Gobierno, atacándola por el modo en que se tomó.

"La paradoja de Zapatero"

Arístegui habló de la "paradoja de Zapatero", que expresó en estos términos: si se aprobase una resolución de las Naciones Unidas, la postura de Zapatero, en interpretación de Arístegui, sería: "Primero, con resolución no me voy; segundo, si hay resolución no vuelvo; tercero, ni con resolución ni sin ella me voy a quedar y me voy antes de tiempo".

El portavoz popular afeó al presidente que no consultase su decisión al Congreso, negó las razones de seguridad aducidas para anunciarla de manera inmediata, recordó los compromisos de Zapatero de esperar a que la ONU pudiese adoptar una resolución antes del próximo 30 de junio y que, según insistió ha incumplido y, por fin lo más grave que, a su juicio, puede ocurrir y es la postura que tomaría España, como miembro del Consejo de Seguridad si los otros 14 países que lo integran apoyan una resolución que cobije la situación en que vive Irak.

Y acabó sin contemplaciones para el Gobierno. Según Arístegui el PP subraya "las contradicciones, los acelerones, los frenazos y la marcha atrás" del Ejecutivo en muchos asuntos por lo que resulta difícil darles "100 días de gracia si a las 100 horas han empezado a meter la pata".

El diputado socialista Álvaro Cuesta señala el sentido de la votación.EFE

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