"Mi padre es un pocero que ha logrado crear una empresa con 300 trabajadores"

"Me resulta extraño que pidan la derogación de la concesión de la medalla a mi padre. Nosotros dejamos Villaviciosa de Odón hace años y nos hemos olvidado de todo lo mal que nos lo hicieron pasar. Ahora, ¿por qué siguen mirando al pasado?", se pregunta Francisco Hernando del Saz, el hijo del constructor al que el ministro Eduardo Zaplana concedió la medalla del mérito al trabajo en la categoría de plata.

Francisco Hernando destacó la labor de su padre, que empezó de joven como pocero y que "poco a poco" fue creando una empresa de promoción y construcción "que no se dedica a comprar y ve...

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"Me resulta extraño que pidan la derogación de la concesión de la medalla a mi padre. Nosotros dejamos Villaviciosa de Odón hace años y nos hemos olvidado de todo lo mal que nos lo hicieron pasar. Ahora, ¿por qué siguen mirando al pasado?", se pregunta Francisco Hernando del Saz, el hijo del constructor al que el ministro Eduardo Zaplana concedió la medalla del mérito al trabajo en la categoría de plata.

Francisco Hernando destacó la labor de su padre, que empezó de joven como pocero y que "poco a poco" fue creando una empresa de promoción y construcción "que no se dedica a comprar y vender suelo, como hacen otras, sino que se dedica a poner ladrillos". "Mi padre, que es analfabeto funcional, sólo sabe de construcción. Tras lo de Villaviciosa, se arruinó, pero salió adelante. Ahora da de comer a 300 familias. Por eso la concesión de la medalla por parte del ministro Zaplana le hizo mucha ilusión", concluyó Hernando. Éste manifestó que su padre no deseaba hacer declaraciones sobre el asunto.

El hijo asegura que en ningún momento pretendieron especular con el suelo en Villaviciosa de Odón: "Intentamos sacar adelante un polígono industrial, pero, como no compramos los áridos a una cantera determinada que vendía más caro que el resto, nos pusieron todas las trabas posibles en el Ayuntamiento de Villaviciosa". Eso llevó a Hernando, según afirma su hijo, a la ruina, ya que había invertido todas sus pertenencias y ahorros. "En cuanto terminamos las obras, nos fuimos y no quisimos saber nada más de ese municipio", añade.

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