LA POSGUERRA DE IRAK | Combates en Basora

Milicias del clérigo chií Al Sáder se enfrentan a tiros en Basora con las tropas británicas

Un imam ofrece 350 dólares por la captura de una soldado para convertirla en una esclava

Cuando mayor parecía la presión estadounidense sobre las ciudades santas de Nayaf y Kerbala, el clérigo chií radical Múqtada al Sáder abrió ayer un nuevo frente en el sur de Irak contra las tropas ocupantes. Centenares de sus seguidores tomaron las calles de Basora, segunda ciudad del país. Atacaron patrullas del Ejército británico y el edificio de la compañía petrolífera, montaron puestos de control y trataron de hacerse con la sede del Gobierno local. Dos milicianos murieron en la batalla. En Amara, al norte, perdieron la vida tres combatientes chiíes.

Salvo la toma -durante un día, a...

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Cuando mayor parecía la presión estadounidense sobre las ciudades santas de Nayaf y Kerbala, el clérigo chií radical Múqtada al Sáder abrió ayer un nuevo frente en el sur de Irak contra las tropas ocupantes. Centenares de sus seguidores tomaron las calles de Basora, segunda ciudad del país. Atacaron patrullas del Ejército británico y el edificio de la compañía petrolífera, montaron puestos de control y trataron de hacerse con la sede del Gobierno local. Dos milicianos murieron en la batalla. En Amara, al norte, perdieron la vida tres combatientes chiíes.

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Salvo la toma -durante un día, a mediados de abril- del mismo edificio atacado ayer, Basora había permanecido en relativa calma desde el final de la guerra, el 1 de mayo de 2003, y los chiíes, la gran mayoría en la ciudad, no se habían alzado con virulencia contra los ocupantes británicos. Tres atentados suicidas con coche bomba, el 21 de abril, mataron a 70 personas, entre ellas a una docena escolares, cuando las calles estaban a rebosar a las siete de la mañana. Pero la masacre no fue atribuida a los leales del clérigo radical Al Sáder.

Alrededor de las seis de la mañana (dos horas menos en la Península) se desató la revuelta. Cientos de hombres armados con fusiles Kaláshnikov y lanzagranadas pertenecientes al Ejército del Mahdi (la milicia creada en 2003 por Al Sáder) se lanzaron a la calle en un intento por asumir el control de la ciudad. Después establecieron controles y atacaron patrullas de vehículos, cuarteles británicos y la sede de la empresa petrolera South Oil Company. Los disturbios se prolongaron en algunas zonas hasta las cuatro de la tarde, aunque un mando militar citado por Reuters aseguró que la situación estaba controlada. El mismo portavoz señaló que dos insurgentes habían fallecido durante los ataques. Tres militares sufrieron heridas.

La víspera, en el tradicional rezo de los viernes, en la mezquita de Al Hawi, las agencias de noticias informaron de que el imam Abdul Satar al Bahadli ofreció 175 dólares por cada soldado muerto. Y el doble por el secuestro de una mujer militar. El imam aseguró que quien capturara a una uniformada podría disponer de ella como esclava. Desde el mausoleo de Alí (fundador del chiísmo) en Nayaf, otro clérigo relevante había instado anteayer a los milicianos de Al Sáder a abandonar esta ciudad, en la que se refugiaron hace un mes para luchar contra la ocupación.

Aunque rodearon con 50 vehículos el edificio que acoge las oficinas del líder religioso chií, los militares británicos no se emplearon a fondo en Basora para no exacerbar la animadversión contra el ocupante, agravada por las evidencias de que soldados británicos han torturado a presos iraquíes en las prisiones bajo su control. El caos en la segunda ciudad iraquí -donde las imágenes mostraban columnas de humo negro en varios cruces- siguió a una jornada más violenta en Nayaf y Kerbala, donde perecieron en combate al menos 23 insurgentes leales a Al Sáder.

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En Amara, a 150 kilómetros al norte de Basora, también bajo control británico, se registraron combates. Según testigos citados por Reuters, los soldados tomaron las oficinas de Múqtada. En la refriega perecieron tres rebeldes.

La región del sur de Irak es extremamente peligrosa, y no sólo por los avatares de la guerra. Raro es el día en que no surgen noticias del secuestro de ciudadanos kuwaitíes. Algunos se adentran desde el emirato para hacer negocios, otros para visitar a parientes. A las pocas horas de atravesar la frontera, sus familiares reciben llamadas en Kuwait en las que exigen rescates que siempre superan los 10.000 dólares. Mientras, en Kerbala, vehículos blindados patrullaron la ciudad y helicópteros del Ejército de Estados Unidos lanzaron ayer octavillas en las que se podía leer que los ciudadanos a los que se les hallara en posesión de armas ilegales (no declaradas) serían tratados como terroristas. Algo difícil de llevar a la práctica, porque en Irak son centenares de miles, si no millones, las personas que poseen en sus casas fusiles y otras armas de fuego. También hubo choques armados en Ciudad Sáder, un suburbio de Bagdad, entre partidarios de Múqtada al Sáder y tropas estadounidenses. En el operativo, en el que participaron carros de combate y helicópteros, los soldados detuvieron a cuatro colaboradores del clérigo chií.

Muerte de soldados polacos

Dos soldados polacos de la División Multinacional, a la que pertenecían las tropas españolas antes de recibir la orden de Madrid para el repliegue, perdieron la vida ayer. Uno murió en un accidente de tráfico y el segundo a consecuencia de las heridas tras la explosión de una bomba al paso del convoy en el que viajaba cerca de Al-Imam.

[Por otra parte, alrededor de 500 personalidades políticas, religiosas, populares, tribales y activistas pro derechos humanos anunciaron ayer la formación del primer frente político contra la ocupación de Irak. El anuncio de la creación de la denominada Conferencia Nacional Iraquí Contra la Ocupación, que agrupa a partidos y fuerzas políticas islámicas, nacionales e independientes, fue realizado en un acto celebrado en Bagdad. "Nuestro programa persigue terminar con la ocupación de Irak y la unidad nacional, por lo que estamos convencidos de que se convertirá en el referente de todos los iraquíes que rechazan" la intervención, declaró el secretario general de la organización, el jeque Yawad al Jalesi, informa la agencia Efe].

Un miliciano de Al Sáder toma posición en una calle del centro de Basora.AP

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