Ibarretxe y Sevilla reabren el diálogo con el compromiso de propiciar acuerdos

El 'lehendakari' y el ministro aparcan el debate del plan soberanista para futuras reuniones

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, y el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, pusieron ayer fin al menos a cuatro años de incomunicación institucional entre las dos Administraciones, en una reunión "cordial y correcta" de apenas una hora en Vitoria en la que ambas partes se comprometieron a propiciar acuerdos y a buscar soluciones. Conscientes de las discrepancias políticas que les separan los dos interlocutores apenas si entraron en temas concretos como el plan Ibarretxe y se emplazaron a recuperar poco a poco la confianza. La reunión Ibarretxe-Zapatero se cele...

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El lehendakari, Juan José Ibarretxe, y el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, pusieron ayer fin al menos a cuatro años de incomunicación institucional entre las dos Administraciones, en una reunión "cordial y correcta" de apenas una hora en Vitoria en la que ambas partes se comprometieron a propiciar acuerdos y a buscar soluciones. Conscientes de las discrepancias políticas que les separan los dos interlocutores apenas si entraron en temas concretos como el plan Ibarretxe y se emplazaron a recuperar poco a poco la confianza. La reunión Ibarretxe-Zapatero se celebrará antes del verano.

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Era la primera cita en Ajuria Enea entre el lehendakari, Juan José Ibarretxe, y un ministro del Gobierno central desde que en enero de 2000, el ex vicepresidente para asuntos económicos Rodrigo Rato sellara en ese mismo escenario la paz fiscal. El desierto de comunicación que sobrevino a esa fecha se rompió con un breve encuentro en el que los dos interlocutores dijeron encontrarse cómodos a pesar de la distancia de sus planteamientos. La larga lista de temas pendientes, entre los que se encontraban desde la ampliación de la Ertzaintza en 200 agentes, o la devolución de los 32,5 millones de euros que se reclaman, los gastos del Prestige, e incluso los de calado político como el plan Ibarretxe quedaron aparcados para dar relevancia a la recuperación de un clima de corrección y normalidad que hasta la derrota del PP en las elecciones generales del 14-M era crispación y conflicto.

El ministro de Administraciones Públicas explicó que Ibarretxe y él habían iniciado un camino "que queremos construir desde la fluidez de comunicación y desde las discrepancias acotadas". La vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, fue gráfica al asegurar que "la noticia es que la reunión se ha celebrado".

Más que resolver problemas concretos el lehendakari y su mano derecha, Idoia Zenarruzabeitia, por una parte y el ministro Jordi Sevilla y el secretario de Estado para la Cooperación Territorial, José Luis Mendez por otra, dibujaron un campo de juego con dos niveles de comunicación. Temas de gestión y convivencia entre administraciones, tanto pendientes como venideros, se van a canalizar a través de la vicepresidenta vasca, y los temas políticos como la reforma del Estatuto y el plan Ibarretxe directamente con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Sevilla explicó que esos dos niveles para afrontar el debate de las competencias y de la reforma del estatuto son necesarios para "llegar a acuerdos si se puede, y en caso contrario acotar las discrepancias". En ese momento declaró que ayer no era el momento de entrar a debatir el plan del lehendakari Juan José Ibarretxe, y se limitó a decir que "las posiciones ya son conocidas".

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El ministro reiteró que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero está dispuesto a iniciar procesos de reforma desde el respeto a los propios Estatutos y a la Constitución, pero desde unas relaciones normalizadas. Sus únicas palabras más fuertes fueron para renunciar al enfrentamiento y la confrontación política que institucionalizó el PP y a la falta de libertad que sufren muchos vascos. "Nos repugna la confrontación política como el chantaje y la amenaza y no queremos una relación de ese tipo", indicó.

El lenguaje que utilizaron todos los portavoces fue también de guante blanco y respondía más a una sesión de tanteo que resolutiva. La vicelehendakari,Idoia Zenarruzabeitia, moderó las formas cuando aseguró que en la conversación habían trasladado a Sevilla que el Gobierno vasco no renuncia ni al cumplimiento del pacto estatutario de 1979, "ni tampoco a la actualización y a su profundización".

El ministro tampoco quiso apretar las clavijas y no exigió a Ibarretxe que comprometiera su presencia en la conferencia de presidentes autonómicos que Zapatero va a impulsar para antes de final de año. "No se trata de un debate esencialista sobre España, sino más de estar en España que de ser España, por eso no ha habido ni compromiso del lehendakari, ni petición de compromiso por mi parte".

Jordi Sevilla y Juan José Ibarretxe, durante su reunión en Vitoria. / PRADIP J. PHANSE

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