Reportaje:LA EUROPA DE LOS 25 | NUEVOS SOCIOS, VIEJAS COSTUMBRES

Bruselas teme a la corrupción

Los sobornos en el sector público de los países del Este preocupan a los viejos socios de la UE

El paso de Kuznica Bialostocka, frontera al noreste de Polonia con Bielorrusia, es un escaparate de lo que el Gobierno de Varsovia quiere que sea la raya exterior de la Unión a partir del 1 de mayo. Amplio, moderno, tecnológicamente avanzado, está y huele a nuevo.

El coronel Wlodzimierrz Gryc, jefe de la demarcación fronteriza de Bialystok, muestra con satisfacción cómo funciona el puesto, incluida la captura de un pobre desgraciado, contrabandista de tabaco rubio sorprendido con una treintena de cartones en un doble fondo tras cruzar sin novedad el más permeable control bielorruso. El ...

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El paso de Kuznica Bialostocka, frontera al noreste de Polonia con Bielorrusia, es un escaparate de lo que el Gobierno de Varsovia quiere que sea la raya exterior de la Unión a partir del 1 de mayo. Amplio, moderno, tecnológicamente avanzado, está y huele a nuevo.

El coronel Wlodzimierrz Gryc, jefe de la demarcación fronteriza de Bialystok, muestra con satisfacción cómo funciona el puesto, incluida la captura de un pobre desgraciado, contrabandista de tabaco rubio sorprendido con una treintena de cartones en un doble fondo tras cruzar sin novedad el más permeable control bielorruso. El puesto polaco es nuevo, pero la condición humana no cambia. "Es triste admitirlo, pero ha habido casos de corrupción y no hay que excluir que siga habiéndolos", reconoce con fatalismo el coronel Gryc.

Polonia es el país de la adhesión donde son más profundas las raíces de la corrupción

La corrupción es uno de los factores que más teme Bruselas de la UE ampliada a 25, un fenómeno ante el que en cierta medida se siente impotente, porque la Unión trabaja con el principio de que la legislación comunitaria será acatada y hecha cumplir por los tribunales y las administraciones públicas de los Estados, donde los estándares y controles están plagados de deficiencias.

El pasado verano, cuatro jueces de Lituania fueron procesados por connivencia en el contrabando con Rusia, y sobre el presidente lituano, Rolandas Paksas, pesa un proceso de destitución por corrupción. Haciéndose eco de un informe de la Comisión, el Parlamento Europeo aprobó hace un mes otro sobre la inminente adhesión tras constatar que "la corrupción generalizada en el sector público desata una gran preocupación".

El coronel Gryc explica cómo se produce el fenómeno en la nueva frontera exterior de la Unión: "Supongamos que llega un Mercedes robado en Alemania. El funcionario tiene que introducir sus datos en un ordenador. Basta con cambiar un número para que al coche se le pierda la pista para siempre. El coche pasa, y el dinero va al bolsillo. Un funcionario joven gana el equivalente a 350 o 400 dólares. Y por dejar pasar un coche le pueden pagar varias veces ese sueldo. Así que la tentación es muy fuerte". En seis u ocho años, una docena de agentes han sucumbido a la tentación. Todos fueron expulsados del cuerpo y juzgados. "Pero no hay que excluir que siga habiendo casos en el futuro", señala el coronel.

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Polonia es el país de los 10 de la adhesión donde más profundas son las raíces de la corrupción, según el último sondeo de Transparencia Internacional (TI), la entidad con sede en Suiza que estudia el fenómeno a escala global. En una escala de cero a diez -extremadamente corrupto a país impoluto-, Polonia está en 3,6. Si pudieran hacerlo, los polacos empezarían por limpiar los partidos políticos, seguidos del sistema sanitario y del judicial.

La crisis de confianza popular y el hundimiento en los sondeos que han llevado al primer ministro, Leszek Miller, a anunciar su dimisión para el próximo 2 de mayo, al día siguiente de la entrada de Polonia en la UE, son fruto de una nutrida serie de escándalos que alcanzaron su clímax en febrero, cuando Miller tuvo que declarar como testigo en un caso de corrupción.

Según la fiscalía, Lew Rywin, productor de películas como La lista de Schindler y El

pianista, había pedido 17,5 millones de dólares al grupo Ágora, al que pertenece Gazeta

Wyborcza, el diario más influyente del país, a cambio de facilitar en el Parlamento la modificación de una ley para permitir a Ágora hacerse con la televisión Polsat. Los millones irían al partido de Miller. Ante el juez, el primer ministro dijo no tener nada que ver con las acusaciones.

Los procesos de privatización acelerada, la reformas legislativas a uña de caballo y la cultura de clientelismo político inherente a los viejos regímenes comunistas son el caldo de cultivo ideal para la corrupción. Un estudio del Banco Mundial realizado en 1999-2000 sobre el soborno en los procesos legislativos de las nuevas democracias del centro y el este de Europa descubrió que Letonia es el país que se lleva la palma: el 40% de las firmas consultadas indicó que la venta del voto parlamentario a intereses privados tenía un impacto grande o muy grande en sus negocios.

En Letonia, la vida política está mediatizada por las actividades de dos grandes grupos nacidos de la privatización, uno de ellos controlado por el ex primer ministro Andris Skeles. En su informe de marzo, el Parlamento Europeo manifestó "su inquietud por el elevado nivel de corrupción que continúa desprestigiando la imagen internacional" de Letonia.

Sólo las islas de Chipre y Malta, la centroeuropea Eslovenia y la báltica Estonia pasan sin ganarse advertencias de Bruselas por prácticas venales entre los 10 nuevos socios, que tampoco es que entren en un club libre de ellas (a Italia le superan en transparencia en el índice de TI Chipre, Eslovenia y Estonia; y a Grecia, esos tres más Hungría y Lituania). Tampoco quien las juzga, el Parlamento Europeo, es un paradigma del bien hacer.

En Hungría, "la gravedad que reviste el problema de la corrupción llega hasta la malversación de fondos públicos", señalan los eurodiputados, que hicieron el diagnóstico exacto al decir que en Polonia "la corrupción sigue afectando a los diferentes ámbitos de la actividad política y económica, tanto a escala nacional como local, lo que da lugar a la pérdida de prestigio de la clase política y a un importante malestar social".

El gran beneficiario de este malestar en el mayor país de los que ahora se incorporan a la Unión Europea es Andrzej Lepper, quien dejó la granja de criar cerdos para ponerse a la cabeza del partido populista Autodefensa de la República de Polonia. Autodefensa rompe cada semana marcas de apoyo al convertirse en receptora del malestar popular con una clase política vista como corrupta, incompetente e incapaz de controlar una tasa de desempleo que ronda el 20%.

Lepper propugna la limitación de las inversiones extranjeras, la ayuda a las industrias nacionales en crisis y la plena autonomía sobre la palanca de los tipos de cambio, anatemas para Bruselas que, de ser convertidos en políticas, obligarían teóricamente a Polonia a dejar la Unión. Aunque Lepper no llegue a hacer realidad sus sueños, su ascenso es sintomático de la fuente de conflictos que Polonia puede ser para Bruselas.

Contrabandistas de tabaco esperan en un aparcamiento de Bagrationovsk (Kaliningrado) para cruzar la frontera entre Rusia y Polonia.ASSOCIATED PRESS

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