Seat amenaza con un recorte de 600 empleos en Barcelona

La firma exige flexibilidad sin coste en la negociación del convenio

Todo era armonía en el hilvanado de un nuevo convenio en Seat, pero la negociación ha descarrilado. Con grave riesgo de accidente: la empresa confirmó ayer la existencia de un "excedente de plantilla" que no cuantificó. A los sindicatos, la dirección lo cifró en 600 personas, un 4,6% de la plantilla de Martorell y Zona Franca (Barcelona). La discrepancia se basa en el coste para la empresa de la flexibilidad que exige en la producción.

La empresa negó que haya endurecido su posición a resultas de una mayor presión para que reduzca costes por parte de su matriz Volkswagen, cuyo plan par...

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Todo era armonía en el hilvanado de un nuevo convenio en Seat, pero la negociación ha descarrilado. Con grave riesgo de accidente: la empresa confirmó ayer la existencia de un "excedente de plantilla" que no cuantificó. A los sindicatos, la dirección lo cifró en 600 personas, un 4,6% de la plantilla de Martorell y Zona Franca (Barcelona). La discrepancia se basa en el coste para la empresa de la flexibilidad que exige en la producción.

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La empresa negó que haya endurecido su posición a resultas de una mayor presión para que reduzca costes por parte de su matriz Volkswagen, cuyo plan para ganar competitividad pasa por un recorte global de plantilla de 5.000 personas y por un ahorro total de 4.000 millones de euros. Pero, según fuentes sindicales, "el escenario que plantea Volkswagen pasa por apretar las tuercas". Lo cierto es que dirección y sindicatos se echaban flores mutuamente en Seat hasta que la matriz alemana reclamó a sus más de dos centenares de plantas en el mundo que se arremanguen.

Seat confirmó ayer que, a raíz de "las graves discrepancias sobre la valoración económica de la cuenta de horas" que tienen los empleados, no prorrogará el acuerdo de flexibilidad en la producción alcanzado el 8 de mayo de 2003, que vencía este marzo.

Este acuerdo, ahora papel mojado, introducía medidas de flexibilidad que, además de adaptar la producción a los vaivenes de la demanda, garantizaba bajadas de producción sin recortes de plantilla. El pacto fue un éxito, porque, en 2003, la producción global de Seat cayó un 4,1%, y en ello tuvo mucho que ver el cese de la producción de los modelos Caddy e Inca. Con el acuerdo se evitó un expediente que hubiera afectado a 1.100 personas durante 100 días.

El acuerdo preveía que los empleados no cobrarían menos aunque trabajaran menos en 2003, y que tampoco cobrarían más cuando recuperaran días en 2004 y en los años siguientes. Pero sí se arrancó cobrar el plus de los sábados que se trabajasen.

Según los sindicatos, la empresa se niega a pagar este plus mientras la plantilla le siga debiendo días no trabajados (de media, 14 días) y, cuando los recupere, sólo propone pagar el 50% del plus. "No aceptamos que se alteren las condiciones de un acuerdo cerrado", dicen los sindicatos. Seat responde que el acuerdo estaba supeditado a la negociación de un convenio en el que la flexibilidad es clave para un empleo estable.

El problema se agravará si cesa la producción del Toledo este año. Además, la existencia de un excedente de plantilla deja en suspenso el contrato de relevo, un mecanismo para rejuvenecer la plantilla en 7.000 personas, al que se han acogido ya 3.000.

Interior de la planta de Seat en Martorell (Barcelona)TEJEDERAS

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