Halliburton, investigada por sus negocios en Irán

La empresa que dirigió Dick Cheney y de la que todavía cobra, Halliburton, es blanco de dos nuevas investigaciones abiertas por departamentos del propio Gobierno de EE UU. En esta ocasión, a causa de supuestos negocios con Irán, uno de los países que, según Washington, promueve el terrorismo. El Departamento del Tesoro ha reabierto una investigación que había archivado en 2001 y la Comisión de Valores (SEC) ha anunciado que va a revisar las operaciones de Halliburton y sus subsidiarias en la época en que Cheney la presidía.

Halliburton es ya objeto de otras cuatro investigaciones, tres ...

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La empresa que dirigió Dick Cheney y de la que todavía cobra, Halliburton, es blanco de dos nuevas investigaciones abiertas por departamentos del propio Gobierno de EE UU. En esta ocasión, a causa de supuestos negocios con Irán, uno de los países que, según Washington, promueve el terrorismo. El Departamento del Tesoro ha reabierto una investigación que había archivado en 2001 y la Comisión de Valores (SEC) ha anunciado que va a revisar las operaciones de Halliburton y sus subsidiarias en la época en que Cheney la presidía.

Halliburton es ya objeto de otras cuatro investigaciones, tres de las cuales las realiza el Pentágono y una el Departamento de Justicia. Las pesquisas del Pentágono se centran en una factura de importación de combustible de Kuwait a Irak que Halliburton sobrecargó en 61 millones de dólares (cuyo contrato le han retirado hace dos semanas para dárselo a una empresa tejana y cinco turcas), y una segunda por servicios de restaurante a los soldados en Irak que igualmente sobrecargó en al menos 70 millones de dólares. Con respecto a esta última, el Pentágono ha suspendido el pago de 36 millones y ha obligado a la empresa, con sede en Houston, a retener el envío de otra factura por servicios de restaurantes cuyo importe asciende a 141 millones de dólares.

El Pentágono le ha pedido asimismo que justifique los trabajos de reconstrucción de Irak por los que ya le ha abonado 4.000 millones de dólares y, por otra, parte investiga si Halliburton sobornó a una empresa kuwaití de la que importaba gasolina a 2,27 dólares por galón, cuando el precio de mercado en la zona se sitúa en 1,18 dólares el galón. La investigación del Departamento de Justicia también está relacionada con el pago de sobornos en Nigeria para conseguir la contrata de construcción de un gasoducto, que lleva a cabo su subsidiaria Kellogg Brown and Root (KBR).

Las actividades empresariales en Irán se habrían realizado a través de la subsidiaria Halliburton Products and Services, con sede en Dubai, aunque constituida en el paraíso fiscal de las Islas Caimán, en el Caribe. Halliburton Products and Services negoció al menos con la petrolera iraní Kala Limited.

La investigación anunciada por la SEC se apoya legalmente en una ley cuya aprobación pasó inadvertida hace meses. La ley fue impulsada por un congresista republicano y recibió mayoría de votos de ese partido, irónicamente el mismo de Cheney, lo cual ha dado pie a especulaciones sobre una posible operación de acoso y derribo al vicepresidente antes de entrar en periodo electoral.

Las leyes que regían hasta entonces, y que en parte siguen vigentes, son ambiguas: por una parte, prohíben negociar con países en la lista de Estados terroristas, y por otra, dejan abierta una rendija para que empresas de EE UU circunvalen las normas a través de subsidiarias en otros países y que no sean dirigidas por ciudadanos estadounidenses.

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La presión a la que se está viendo sometida Halliburton llevó a sus directivos el pasado lunes a advertir a la SEC y a sus accionistas que se puede quedar sin liquidez.

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