Blair permitirá a las escuelas hacer análisis a los alumnos para saber si se drogan

Los infractores podrán ser expulsados del colegio o denunciados a la policía

Las escuelas británicas tendrán la facultad de realizar análisis de saliva aleatorios a los alumnos para saber si se drogan. El Gobierno pondrá en marcha la medida en cuestión de semanas, según anunció ayer el primer ministro, Tony Blair. La nueva política, que deberá ser comunicada a los padres, se inspira en la aplicada en Estados Unidos desde hace tres años y que parece haber reducido a la mitad el consumo de drogas entre los escolares. Los infractores podrán seguir cursos de rehabilitación, pero también pueden ser expulsados o denunciados a la policía.

"No podemos forzarles [a los d...

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Las escuelas británicas tendrán la facultad de realizar análisis de saliva aleatorios a los alumnos para saber si se drogan. El Gobierno pondrá en marcha la medida en cuestión de semanas, según anunció ayer el primer ministro, Tony Blair. La nueva política, que deberá ser comunicada a los padres, se inspira en la aplicada en Estados Unidos desde hace tres años y que parece haber reducido a la mitad el consumo de drogas entre los escolares. Los infractores podrán seguir cursos de rehabilitación, pero también pueden ser expulsados o denunciados a la policía.

"No podemos forzarles [a los directores de las escuelas], pero si creen que tienen un problema de drogas en su escuela deberían tener la capacidad de realizar análisis aleatorios", declaró Blair en una entrevista al dominical News of the World. Aunque el Gobierno no puede obligar a las escuelas a realizar análisis a sus alumnos para averiguar si consumen drogas, Blair quiere que tengan ese instrumento a su alcance. "El mes que viene vamos a enviar nuevas directrices a los directores de escuela para otorgarles poderes específicos para hacer análisis aleatorios en sus colegios", concretó el primer ministro.

De sus palabras se deduce que los análisis no están tanto destinados a verificar si aquellos alumnos de los que se sospecha que consumen drogas efectivamente las están consumiendo. Más bien parece que Blair quiere entregar a las escuelas un instrumento básicamente disuasorio, que obligue a los alumnos a darse cuenta de que si consumen drogas pueden acabar siendo descubiertos en la escuela. Los defensores de esta política consideran que el temor a ser descubiertos puede ser de gran ayuda para que los jóvenes "tengan una buena excusa para decir 'no' cuando les ofrecen drogas".

Los jefes de estudios tendrán capacidad para decidir qué hacen con los estudiantes que son descubiertos. Las medidas pueden ir desde excluir al alumno de ciertas actividades escolares hasta forzarle a seguir un tratamiento de rehabilitación o incluso expulsarle o denunciarle ante la policía. Los padres deberán ser informados de que la escuela ha puesto en marcha esa política.

El Gobierno británico se ha inspirado en el éxito que esta medida ha tenido en los centros escolares de Estados Unidos desde que fue aplicada por vez primera hace tres años por el Hunterdon Central High, en Nueva Jersey. Hoy día, unos mil colegios analizan la saliva de sus alumnos para verificar si han fumado marihuana o hachís o si han tomado cocaína, heroína o crack. Según informa el News of the World el consumo de drogas entre los alumnos de esas escuelas se ha reducido entre un 50% y un 100%.

Aunque según las encuestas manejadas por ese diario el 88% de los padres y el 66% de los alumnos británicos apoyan la implantación del sistema en el Reino Unido, las palabras de Blair han sido acogidas con cautela y, en algunos casos, recelo. "Somos cautamente positivos ante la propuesta", declaró Margaret Morrisey, portavoz de NCPTA, una confederación que representa a seis millones de maestros y padres de alumnos. "Muchos padres se plantean muchas preguntas, por ejemplo si se trata de un análisis voluntario o forzoso y qué medidas se van a tomar cuando haya un problema", añadió.

Peter Stroke, que encabeza la Alianza Nacional para la Prevención de la Droga, defiende la iniciativa porque cree que "les da a los pupilos una excusa para decir que no a alguien que les empuja hacia la droga". Pero advirtió en la emisora BBC Radio 5 que esa política sólo puede funcionar "si está ligada a una reacción positiva, sin consecuencias punitivas" para los alumnos.

"Mi primera reacción fue de horror, sobre todo porque no veo cómo demonios va a funcionar", confesó Jean Gemmell, secretaria general de la Asociación Profesional de Maestros, que teme que la aplicación de la propuesta genere tensiones entre el profesorado, por un lado, y alumnos y padres, por otro.

Políticamente, la recepción también ha sido cauta. Los conservadores no se han atrevido a descalificar la propuesta de Blair, pero han criticado los "mensajes contradictorios" que está lanzando el Gobierno laborista en materia de droga al rebajar de droga dura a blanda el hachís -dando la impresión de que su consumo era legal- y lanzar ahora esta cruzada contra su consumo.

Niños de un colegio del Reino Unido, en una imagen de archivo.

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