Reportaje:OCIO SOLIDARIO | Pangea

Coordinador de buenas voluntades

Andrés Portas imparte clases de informática a jóvenes con Síndrome de Down

Hace dos años que Andrés Portas entró en contacto con Pangea Solidaridad, una asociación que nació en Málaga allá por 1994 de la mano de Braulio Muriel, senador por la provincia malagueña en la primera legislatura. En este tiempo, Portas se ha convertido en una de las piezas claves para el correcto funcionamiento de esta asociación, en la que desempeña la función de un coordinador plenipotenciario. En su pequeño despacho de la sede que ocupa la asociación en los altos del Mercado de la Merced, se apilan papeles, recibos y notas que esperan a que Portas les dedique algo de tiempo, un bien que, ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hace dos años que Andrés Portas entró en contacto con Pangea Solidaridad, una asociación que nació en Málaga allá por 1994 de la mano de Braulio Muriel, senador por la provincia malagueña en la primera legislatura. En este tiempo, Portas se ha convertido en una de las piezas claves para el correcto funcionamiento de esta asociación, en la que desempeña la función de un coordinador plenipotenciario. En su pequeño despacho de la sede que ocupa la asociación en los altos del Mercado de la Merced, se apilan papeles, recibos y notas que esperan a que Portas les dedique algo de tiempo, un bien que, por sus múltiples tareas dentro de la asociación, escasea.

Además, Portas se encarga también de supervisar los talleres que Pangea Solidaridad tiene en funcionamiento en la capital malagueña, además de prestar la atención que merecen las iniciativas solidarias que la asociación desarrolla en El Salvador y con el pueblo Saharaui.

El programa de formación y desarrollo laboral persigue la integración

Pero lo que de verdad ahora tiene cautivado a este malagueño de adopción, nacido en Casablanca (Marruecos) hace 46 años, es su nueva faceta como profesor de Informática, disciplina en la que reconoce ha tenido que "ponerse" sobre la marcha. Portas ha asumido la dirección del taller que Pangea Solidaridad ha montado en su nuevo centro social de El Cónsul, una barrio del extrarradio de la capital necesitado de instalaciones de este tipo.

"La idea del taller de Informática partió de la propia Asociación Síndrome de Down de Málaga, cuya sede está al lado de nuestro centro social en El Cónsul", explica Portas. "La psicóloga de la asociación nos propuso dar este curso y nosotros aceptamos encantados", añade. Así, hace dos meses arrancó este taller de informática, en el que actualmente se forman 40 personas de forma totalmente gratuita. Pangea Solidaridad puso los equipos con los que disponía al servicio de estas personas y Portas asumió su dirección, apoyado por psicólogos de la Asociación Síndrome Down de Málaga. "El centro no es muy grande y los equipamientos los justos, así que estamos dando clases a ocho personas como máximo", apunta Portas para explicar por qué una de estas clases está íntegramente formada por personas con Síndrome de Down. "En otras clases la integración es la norma", indica refiriéndose a otro grupo de alumnos en el que hay sólo dos con Síndrome de Down. "Nos propusimos ofrecerles la oportunidad de acercarse al mundo de las nuevas tecnologías y pensamos que un curso externo sería la mejor opción", explica Mari Carmen Salado, psicóloga de la Asociación Síndrome Down de Málaga. "Es un programa de formación y desarrollo laboral con el que se persigue su integración", añade.

Desde hace dos meses, todos los viernes de 10.00 a 12.00, Portas no falta a su cita con sus aprendices de nuevas tecnologías. "Al principio estaba despistado, no sabía por dónde plantear las clases", reconoce, "pero con el apoyo de la psicóloga de la asociación encaucé las cosas", asegura. "Me aconsejó que me despojase de esos estereotipos que todos tenemos respecto a estas personas y que no las sobreprotegiera porque ellos tienen capacidad más que sobrada para valerse por sí mismos", relata Portas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Una vez preparado, comenzaron las clases, que por el momento se limitan a las nociones más básicas e imprescindibles, como aprender el manejo de un editor de texto o de Internet. "No queremos que salgan genios, sino enseñarles lo más básico para que puedan seguir progresando y aprendiendo si quieren", indica.

Portas asegura que todos sus alumnos de esta clase son "muy constantes y aplicados", aunque también reconoce que, a veces, ponen a prueba su aguante. "Hay que tener mucha paciencia con ellos, infinita, pero una vez superados los inconvenientes, he de reconocer que soy yo el que aprende de ellos", dice este voluntario, que anteriormente también colaboró con varios centros juveniles e infantiles de Málaga.

10 años de servicio

Las espeluznantes imágenes del genocidio de Ruanda que en 1994 inundaban todos los informativos y las portadas de los periódicos fueron el detonante para el nacimiento de Pangea Solidaridad en Málaga. Braulio Muriel, fallecido en 2001, y un grupo de solidarios malagueños iniciaron entonces una campaña de recogida de fondos encaminada a paliar en algo las penurias de los ruandeses desplazados a los campos de refugiados. En pocos meses reunieron un millón de euros, hecho que sirvió de aliciente para que esta iniciativa puntual adquiriese cuerpo en forma de una asociación.

Así echó a andar Pangea Solidaridad, que 10 años después cuenta con 220 socios. "El número de voluntarios se multiplica para cosas puntuales", explica Manuel Ruiz Benítez, presidente de la asociación. El ámbito de actuación de Pangea Solidaridad tiene dos área principales de actuación: colectivos con necesidades especiales y cooperación internacional.

En Málaga, las actividades se canalizan a través del banco de alimentos y los dos centros sociales con los que cuenta la asociación. "El banco de alimentos se dirige principalmente a las familias con carencias económicas muy graves, a los habitantes de bolsas de pobreza, marginados, inmigrantes y a las personas sin recursos en general", explica Ruiz Benítez. La función de los centros sociales es crear un espacio de convivencia y formación, objetivo que se cumple mediante los talleres de cerámica, manualidaes, radio e informática que ahora mismo se imparten para colectivos "olvidados", como las personas mayores. "Se les da la oportunidad de participar en actividades que sirven para reivindicar su papel como parte integrante de la sociedad y les permiten cumplir con su función social", explica el presidente.

En el plano internacional, Pangea Solidaridad colabora en la construcción de un centro de salud en Chirilagua (El Salvador), zona que resultó devastada por el huracán Mitch. Además, ahora ultima la puesta en marcha de dos nuevos proyectos: la instalación de depuradoras en Honduras y ayudas al pueblo Saharaui. Más información: pangea@inforvip.es.

Archivado En