Los cambios más polémicos

La reforma judicial impulsada por el Gobierno se dirige a acabar con la casi total autonomía de que disfrutan los fiscales y a despolitizar una institución que Silvio Berlusconi considera filocomunista y contraria a su persona.

- Separación de funciones. Los magistrados actúan como jueces o como fiscales; pueden pasar de un campo a otro. El proyecto de ley establece que el acceso al cargo de juez y de fiscal se obtendrá por concursos distintos.

- Jerarquización. Los fiscales pueden investigar con gran libertad; esa autonomía hizo posible la campaña de Manos Limpias con la que l...

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La reforma judicial impulsada por el Gobierno se dirige a acabar con la casi total autonomía de que disfrutan los fiscales y a despolitizar una institución que Silvio Berlusconi considera filocomunista y contraria a su persona.

- Separación de funciones. Los magistrados actúan como jueces o como fiscales; pueden pasar de un campo a otro. El proyecto de ley establece que el acceso al cargo de juez y de fiscal se obtendrá por concursos distintos.

- Jerarquización. Los fiscales pueden investigar con gran libertad; esa autonomía hizo posible la campaña de Manos Limpias con la que los fiscales de Milán destaparon la corrupción del sistema político. Con la nueva ley, cada fiscalía tendrá un jefe que asumirá las responsabilidades y repartirá los casos.

- Despolitización. Los jueces no podrán afiliarse a partidos o movimientos, y se dificultará su paso a la política: una vez concluido su mandato en un cargo electo tendrán que esperar a que exista una vacante para regresar.

- Promociones. Los ascensos dejarán de ser automáticos, por antigüedad y escalafón. Para ascender habrá que aprobar exámenes. Según la Asociación Nacional de la Magistratura, eso entorpecerá el trabajo de los jueces, porque les obligará a dedicar al estudio tiempo que podrían dedicar a los sumarios. La formación y evaluación corresponderá a una Escuela de Magistratura, de funcionamiento autónomo. Se extinguen los puestos vitalicios: cada cargo tendrá una duración de cuatro años, prorrogables hasta seis.

- Sentencias 'creativas'. Los jueces que emitan sentencias del tipo creativo, como se las llama en Italia "con

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un espíritu inequívocamente opuesto a la letra o la voluntad de la ley" podrán ser sancionados por el Gobierno; en los casos considerados más leves, bastará con una amonestación; en casos "graves", con el apartamiento del cargo.

- Regionalización. El Ministerio de Justicia se adaptará a la futura federalización de Italia y creará oficinas regionales con plenas competencias en materia de personal, formación profesional, sistemas informáticos y demás recursos materiales.

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