Decenas de policías y operarios, heridos en las protestas de Izar
Chaves pide una reunión "urgente y al máximo nivel" de la SEPI
Las protestas de los trabajadores del grupo naval Izar en Sevilla y Cádiz continuaron ayer su escalada de violencia. El resultado de los enfrentamientos de ayer fue el de 10 policías heridos, uno de ellos grave, y varias decenas de trabajadores contusionados o afectados por la inhalación de gases lacrimógenos. El presidente andaluz, Manuel Chaves, exigió una reunión "al más alto nivel" de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) con dirigentes del Partido Popular. Chaves criticó el comportamiento del Gobierno con los trabajadores de Izar y exigió la implicación política del ...
Las protestas de los trabajadores del grupo naval Izar en Sevilla y Cádiz continuaron ayer su escalada de violencia. El resultado de los enfrentamientos de ayer fue el de 10 policías heridos, uno de ellos grave, y varias decenas de trabajadores contusionados o afectados por la inhalación de gases lacrimógenos. El presidente andaluz, Manuel Chaves, exigió una reunión "al más alto nivel" de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) con dirigentes del Partido Popular. Chaves criticó el comportamiento del Gobierno con los trabajadores de Izar y exigió la implicación política del PP.
Por su parte, el presidente de la SEPI, Ignacio Ruiz-Jarabo, aseguró que los sindicatos de Izar están sometidos a una "estrategia de politización" y les hizo un llamamiento a la responsabilidad para no poner en peligro el futuro del empleo. El PSOE e IU auspiciaron sendas iniciativas a favor de los trabajadores de Izar, que protestan por el bloqueo del convenio.
Los enfrentamientos más graves de ayer se registraron a las puertas de la factoría de Cádiz, donde unos 500 trabajadores cortaron la carretera. Los disturbios se saldaron con dos policías y un trabajador heridos por el impacto de objetos contundentes y una pelota de goma. Otros empleados sufrieron irritaciones al inhalar el humo de los gases lacrimógenos lanzados por la policía. El impacto de una bengala en la ventana de un domicilio particular obligó a la policía a desalojar a los vecinos de los edificios cercanos al epicentro de la protesta y a cortar el tráfico ferroviario.
En el puente Carranza, una tuerca de grandes dimensiones impactó en un policía que, de paisano, grababa los incidentes y que perdió el dedo meñique de una mano. En Sevilla, las refriegas se saldaron con una veintena de contusionados.
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