"Si la Armada no los encuentra, hubiera ocurrido una tragedia"

Un viejo petrolero llevaba en una bodega sin comida ni inodoros a 153 inmigrantes

Si la Armada no llega a interceptar al viejo petrolero MTConakry el domingo pasado a 60 millas (unos 95 kilómetros) al sur de la isla de Gran Canaria "hubiera ocurrido una tragedia". No quedaban víveres a bordo, ni combustible suficiente para cubrir la ruta desde Cabo Verde hasta Canarias. Ni una radio para alertar de su situación, que rozaba el límite de la flotabilidad. Los 153 subsaharianos hacinados en la bodega de proa, entre ellos una mujer embarazada de dos meses, hubieran tenido que afrontar una situación dantesca, resumió ayer un portavoz de la Policía para dibujar el lamentab...

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Si la Armada no llega a interceptar al viejo petrolero MTConakry el domingo pasado a 60 millas (unos 95 kilómetros) al sur de la isla de Gran Canaria "hubiera ocurrido una tragedia". No quedaban víveres a bordo, ni combustible suficiente para cubrir la ruta desde Cabo Verde hasta Canarias. Ni una radio para alertar de su situación, que rozaba el límite de la flotabilidad. Los 153 subsaharianos hacinados en la bodega de proa, entre ellos una mujer embarazada de dos meses, hubieran tenido que afrontar una situación dantesca, resumió ayer un portavoz de la Policía para dibujar el lamentable estado del barco y las duras condiciones a que fueron sometidos sus ocupantes.

Los sin papeles no ingirieron alimento ni agua en el barco negrero en los cuatro días anteriores a su localización, según reconocieron ocho de los atendidos en las urgencias del Hospital Juan Negrín de Las Palmas. Ninguno quiso decir cuánto pagaron por ser tratados de modo tan inhumano como los esclavos raptados en África con destino a las colonias americanas hasta el siglo XIX.

Los médicos que los exploraron nada más desembarcar y luego en el hospital coincidieron en que su juventud, entre 20 y 30 años, ha sido un factor "determinante" para haber sobrevivido.

Estuvieron en alta mar al menos dos semanas, hacinados como ganado en el suelo de la bodega de proa, sin aireación, ni inodoros. "Su ropa y su cuerpo desprendían un fuerte olor a petróleo, estaban muy sucios, su ropa llena de manchas de grasa e, incluso, uno de ellos que se había hecho un corte en la pierna tenía la herida totalmente infectada por falta de atención", relata el médico que los atendió en el puerto y, posteriormente, en la comisaría, José Luis Marrero Valenciano, coordinador del Servicio de Urgencias Canario.

La desesperación, el hambre y la sed en los últimos días fue tal que otro subsahariano bebió "un líquido de color naranja, que no era agua, y que le produjo una fuerte diarrea", declara Felipe Rubio, adjunto de urgencias en el Juan Negrín. "Estaban muy asustados, se quejaban de dolor abdominal, hablaban un inglés perfecto e ilustrado y sólo repetían constantemente Liberia, Liberia; nunca hablaron entre ellos".

Una mujer de 22 años conoció allí mismo que estaba embarazada de dos meses. "No reaccionó de una manera extraña", abunda el doctor Rubio, "me miró, cerró los ojos y siguió descansando". Padecía una gastroenteritis aguda, con 39 grados de fiebre, aunque recibió el alta la noche del domingo. Tres sin papeles permanecían ayer ingresados, dos de ellos por no asimilar bien alimentos y uno con fractura en las falanges de la mano derecha, cuando se trilló con una puerta de hierro y nadie le atendió.

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Aunque casi todos se declararon liberianos (para pedir asilo por la situación de violencia en ese país), un portavoz del Cuerpo Nacional de Policía señaló que, tras analizar sus dialectos y rasgos físicos con ayuda de intérpretes, se ha determinado que todos son de Senegal, Ghana y Nigeria. Un juez les tomará declaración hoy y mañana, antes de que sean trasladados con un expediente de expulsión a los centros de internamiento de Las Palmas y Fuerteventura.

Los interrogatorios continuarían esta tarde con el capitán senegalés, el segundo de a bordo y los otros 13 tripulantes, para determinar su implicación en un presunto delito de favorecimiento de la inmigración ilegal.

Según los primeros testimonios ofrecidos por la policía, los sin papeles embarcaron en distintos puertos de Nigeria y Ghana, aunque falta por confirmar que la última escala fuera una de las islas de Cabo Verde. Eso reforzaría la versión de algunos de los retenidos, según los cuales llevaban más de dos semanas encerrados. A medida que se les reclutaba en distintos puertos, los introducían en el mismo espacio, cada vez más atestado.

El MT Conakry, de 71,96 metros de eslora, fue construido en 1968 en Kingstown, con bandera de San Vicente, informó la Autoridad Portuaria de Las Palmas. Su estado es tan lamentable que, en cuanto deje de estar retenido por orden judicial, será enviado al desguace.

El petrolero MT Conakry, ayer en el puerto de Las Palmas.EFE

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