El IVF financia seis parroquias del Arzobispado con créditos blandos para empresas

El Arzobispado recibirá 6 millones para construir templos en solares municipales cedidos

El Instituto Valenciano de Finanzas de la Generalitat ha otorgado un crédito de 6 millones de euros (1.000 millones de pesetas) para la construcción de seis templos y diversos equipamientos en Valencia en los solares cedidos hace tres años por la alcaldesa Rita Barberá al Arzobispado de Valencia. El banco público ha incluido esta operación, que se amortizará en 23 y no en los 15 años de límite que prevé el programa, dentro de una línea de préstamos blandos para empresas valencianas. El IVF ya ha anticipado cerca de medio millón de euros a la institución eclesiástica.

Hace tres años, en ...

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El Instituto Valenciano de Finanzas de la Generalitat ha otorgado un crédito de 6 millones de euros (1.000 millones de pesetas) para la construcción de seis templos y diversos equipamientos en Valencia en los solares cedidos hace tres años por la alcaldesa Rita Barberá al Arzobispado de Valencia. El banco público ha incluido esta operación, que se amortizará en 23 y no en los 15 años de límite que prevé el programa, dentro de una línea de préstamos blandos para empresas valencianas. El IVF ya ha anticipado cerca de medio millón de euros a la institución eclesiástica.

Hace tres años, en enero del año 2000, el Ayuntamiento de Valencia, que preside Rita Barberá, firmó un convenio con el Arzobispado de Valencia en el que la Iglesia permutaba el solar arqueológico de L'Almoina -origen, según los especialistas, de la fundación de la ciudad- por seis parcelas para su uso religioso por un periodo de 75 años, al final del cual el suelo público debía devolverse a la ciudad.

Dos años después de aquel polémico acuerdo, contestado por los partidos de la oposición, el Instituto Valenciano de Finanzas de la Generalitat aprobó un préstamo de seis millones de euros (1.000 millones de pesetas) al Arzobispado de Valencia para la edificación de seis centros parroquiales en la ciudad de Valencia, de los que la mayoría se levantarán sobre los solares que el equipo de Gobierno del PP cedió a la Iglesia por un plazo de 75 años.

Según el expediente de la operación, a cuyo contenido ha tenido acceso este periódico, el Arzobispado se acogió a una línea de créditos blandos establecida por el Instituto de Finanzas para favorecer la inversión en activos fijos de las empresas valencianas, con un plazo de devolución que amplió excepcionalmente a 23 años frente a los 10 o 15 que figuran en el reglamento de este organismo.

La operación recibió el visto bueno de la comisión de inversiones del IVF el 10 de diciembre de 2002, cinco meses antes de las elecciones autonómicas. En julio de 2003, el instituto urgió al Arzobispado a que firmara la escritura del préstamo porque en caso contrario lo perdería y el 9 de julio -ya con la aprobación del nuevo presidente de la Generalitat, el popular Francisco Camps- se firmó la escritura del préstamo de la iglesia del Cotolengo, situada en la calle Vicente Zaragoza, por un millón de euros. El 17 de julio le siguieron las escrituras de las iglesias de Nuestra Señora de los Dolores y del Espíritu Santo, con unos préstamos de 1,3 millones y un millón de euros, y el 23 de julio se rubricó la escritura de la iglesia José María Escrivá de Balaguer, la más costosa, para la que se prevé un crédito de otros 1,4 millones.

El 30 de septiembre, según la misma fuente, el Arzobispado solicitó la entrega a cuenta de 120.202 euros por cada uno de los centros parroquiales con préstamos escriturados y el 3 de octubre el IVF, todavía dirigido por José Manuel Uncio, se autorizó el pago de 113.000 euros por cada iglesia. Una vez más el banco de la Generalitat se dirigió al Arzobispado el 3 de diciembre del año pasado para que confirmara si le interesaba o quería renunciar al préstamo de las dos iglesias restantes. El 20 de diciembre, los beneficiarios justificaron el retraso en una de ellas, la que está proyectada junto a la Ciudad de la Justicia, debido a "las dificultades encontradas en la elaboración del proyecto ejecutado, al no disponer de suficientes datos sobre la red de servicios públicos que atraviesan el subsuelo". En la sexta parroquia, los responsables eclesiásticos afirmaron que "las labores de desintoxicación y saneamiento del suelo que tenía que hacer el Ayuntamiento han causado el retraso". La política del Arzobispado en esta materia es, según la misma fuente, que las nuevas parroquias sean capaces de autofinanciarse en un alto grado con sus recursos (donativos y colectas).

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Las garantías que ofrecen los 'cepillos'

La línea de préstamos subvencionados del IVF a la que se ha acogido el Arzobispado de Valencia -créditos a largo plazo destinado a las empresas valencianas- exige al beneficiario que tenga una situación económica equilibrada, plantee una inversión viable que permita la devolución del dinero y estar al corriente en los pagos a Hacienda y la Seguridad Social, así como acreditar que la Tesorería presente y futura del beneficiario de la ayuda le permite completar el 25% de la inversión que el instituto público no subvenciona.

Pues bien, en el informe técnico que obra en poder del IVF, el Arzobispado justifica la solicitud del crédito en "la demanda social", así como "en la voluntad manifiesta de la Iglesia por estar presente y prestar servicios asistenciales y religiosos en el crecimiento de los nuevos barrios". Asimismo, en el citado informe el Arzobispado declara a modo de garantía los tres tipos de ingresos de los que habitualmente se nutre: los sujetos al impuesto de sociedades; las aportaciones de los fieles, bien sea las donaciones directas o las asignaciones que los contribuyentes autorizan en la declaración del IRPF; y, por último, los ingresos no sujetos al impuesto de sociedades como los donativos anónimos o colectas dominicales, popularmente conocido como el cepillo. En el balance que recoge el citado informe, el Arzobispado contempla unas inversiones financieras temporales de 6,6 millones de euros, cantidad que coincide con el coste de las parroquias y declara, en la partida de ingresos no sujetos al impuesto de sociedades, 1,2 millones de euros de donativos declarados, una asignación tributaria de 5,469 millones y en cuanto a los cepillos cita textualmente: "...es imposible cuantificar la partida de donativos anónimos, pues éstos superan con creces las cantidades declaradas". El informe concluye, a la vista de los números aportados por la Iglesia, que el Arzobispado goza de "una situación económica excelente, con unos fondos propios que representan el 87% del pasivo total", por lo que "dada la solidez patrimonial y financiera es suficiente garantizar esta operación mediante la responsabilidad contemplada en el Código Civil", en la que uno responde con la totalidad de sus bienes.

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