Entrevista:

"Todos vendemos una parte del cuerpo"

María José Barrero, que preside la Asociación de Mujeres que Ejercen la Prostitución, pide una regulación laboral

En pocos meses, María José Barrero ha logrado que una treintena de mujeres de Huelva, Sevilla y Jaén se integren en la Asociación de Mujeres que Ejercen la Prostitución, una organización creada al amparo de Mujeres Progresistas de Andalucía con el objetivo de mejorar la situación de las mujeres que se prostituyen. Barrero, que dejó de hacerlo hace un año y cinco meses, tiene 29 años, un hijo, un entusiasmo infinito y ningún pelo en la lengua.

Pregunta. ¿Le está costando poner en marcha la asociación?

Respuesta. Me cuesta una cosa horrorosa. La que quiere dar la cara...

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En pocos meses, María José Barrero ha logrado que una treintena de mujeres de Huelva, Sevilla y Jaén se integren en la Asociación de Mujeres que Ejercen la Prostitución, una organización creada al amparo de Mujeres Progresistas de Andalucía con el objetivo de mejorar la situación de las mujeres que se prostituyen. Barrero, que dejó de hacerlo hace un año y cinco meses, tiene 29 años, un hijo, un entusiasmo infinito y ningún pelo en la lengua.

Pregunta. ¿Le está costando poner en marcha la asociación?

Respuesta. Me cuesta una cosa horrorosa. La que quiere dar la cara no tiene papeles y la que tiene papeles o es española no quiere dar la cara por el dedo público. Cuesta contactar con ellas porque no te puedes presentar en los clubes ni en las casas de citas. Esperamos que el boca a boca funcione.

P. ¿En qué reivindicación coinciden todas?

R. En la regulación de la prostitución. Pensamos que deben tener un contrato laboral como en todos los trabajos. Ahora no tenemos derecho ni al salario social ni a ayudas familiares. Cuando te das cuenta te llega la vejez y no tienes derecho a nada. Conozco a mujeres de 50 años que ahora lo están pasando fatal.

P. ¿La prostitución debe ser una actividad por cuenta propia?

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R. Me parece bien que una mujer se pueda dar de alta, pero me parece vergonzoso que si un empresario se beneficia de las mujeres no la dé de alta.

P. ¿Qué opina de la sentencia del TSJA que obliga a contratar a las camareras de alterne?

R. Es un arma de doble filo porque el alterne no tiene ningún epígrafe en el Ministerio de Trabajo. Al darla de alta, el empresario la puede obligar a hacer servicios que no realizaría por ética, religión o riesgo; y la chica se puede negar a hacer servicios al estar sólo dada de alta como camarera. Y ahí empieza la guerra. Seguimos enmascarando la prostitución, le cambiamos el nombre porque le tenemos miedo a la palabra. Somos trabajadoras del sexo. No sé por qué se le teme tanto a la palabra prostitución.

P. Y hay un segundo fallo que la proclama trabajo autónomo.

R. Sí, que ya reconoce la prostitución pero es una sentencia hecha para los empresarios, no para las prostitutas.

P. Muchas feministas reclaman la abolición de la prostitución. ¿Es utópico?

R. Yo también estoy a favor. Como medida ideal es muy bonita,pero vamos a la realidad. La prostitución existe y eso no se va a cambiar a largo plazo. Hay gran demanda de los hombres.

P. Y también de mujeres, ¿no?

R. La prostitución masculina trabaja sobre todo para otros hombres.

P. ¿Cree que la sociedad censura a las personas que venden sexo y protege al que lo compra?

R. Cuando ponen una foto de prostitución callejera le tapan la matrícula del coche del cliente y sacan a las chicas. Nosotras estamos mal vistas. No hay prostituta que esté bien psicológicamente, todas están hechas polvo porque creen que no sirven para nada. La sociedad te hace sentir así. Y pienso que prostitutas somos todas y todos porque todos vendemos una parte de nuestro cuerpo. El que le hace la pelota al jefe, ¿no está vendiendo un pedazo de orgullo?

P. Usted habla de su pasado sin tapujos. Eso es extraño.

R. Lo he hecho públicamente, pero lo he hecho siempre. Nunca he renegado de lo que he sido. Yo me metí por orgullo, que es muy raro. Para mí ha sido una experiencia muy chunga, pero siempre he sido muy impulsiva y defender a las niñas me levanta el ego y la autoestima.

P. ¿Hay oportunidades para dejarla?

R. Ninguna. Una prostituta no sabe ni lo que es un currículo, pero yo no conozco a ninguna mujer que haya entrado aquí porque le guste el sexo.

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