Fuenlabrada contará la próxima semana con el quinto hospital del sur

Las consultas del hospital de Fuenlabrada parecen estos días un museo, con los armarios perfectamente ordenados y repletos de jeringuillas, fonendos, vendas y otros útiles médicos. El centro atenderá a los primeros pacientes el próximo miércoles, fecha en la que abrirán las consultas externas. Un mes más tarde entrará en funcionamiento el hospital de día y la cirugía ambulatoria. A mediados de marzo, los quirófanos acogerán las primeras intervenciones, y las urgencias, el último servicio en abrir, estarán en marcha a mediados del próximo mes de abril.

El hospital de Fuenlabrada podría s...

Las consultas del hospital de Fuenlabrada parecen estos días un museo, con los armarios perfectamente ordenados y repletos de jeringuillas, fonendos, vendas y otros útiles médicos. El centro atenderá a los primeros pacientes el próximo miércoles, fecha en la que abrirán las consultas externas. Un mes más tarde entrará en funcionamiento el hospital de día y la cirugía ambulatoria. A mediados de marzo, los quirófanos acogerán las primeras intervenciones, y las urgencias, el último servicio en abrir, estarán en marcha a mediados del próximo mes de abril.

El hospital de Fuenlabrada podría ser la primera gran obra que inaugure la presidenta regional, Esperanza Aguirre, como herencia de la gestión de su antecesor en el cargo, el actual alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. La Consejería de Sanidad, sin embargo, no ha hecho público si tiene previsto organizar algún acto oficial de inauguración.

El edificio del hospital es de cuatro alturas y tiene la forma de un rectángulo de casi 150 metros de largo y unos 100 de ancho. Su interior está iluminado con la luz natural que le proporcionan sus patios, poblados con frondosa vegetación.

Cuando esté a pleno funcionamiento, sus 57.000 metros cuadrados construidos dispondrán de 385 camas, 61 consultas médicas, 11 quirófanos y tres paritorios. La plantilla del centro sanitario está compuesta por casi 1.100 trabajadores.

Todos estos recursos atenderán a los aproximadamente 200.000 habitantes de Fuenlabrada, Humanes de Madrid y Moraleja de Enmedio. La maternidad del hospital, sin embargo, ayudará a que esta población crezca: las previsiones demográficas indican que en tres años estos tres municipios tendrán 211.000 habitantes y en 2011 alcanzarán los 225.000.

De todos estos ciudadanos unos 15.000, según las previsiones de la Consejería de Sanidad, pasarán al menos una vez al año por el hospital para recibir asistencia médica. En total, Sanidad espera cada año intervenir quirúrgicamente a 14.000 personas, asistir 1.800 partos, prestar casi 300.000 consultas y atender unas 100.000 urgencias.

18 especialidades

La cartera de servicios del nuevo centro sanitario incluye cardiología, dermatología, aparato digestivo, endocrinología, hematología, medicina interna, nefrología, neurología, oncología, psiquiatría, rehabilitación, reumatología, pediatría, cirugía general, ginecología y obstetrícia, oftalmología, urología y traumatología.

La Comunidad de Madrid ha invertido en el centro 123 millones de euros, 99 en la construcción del edificio y 24 destinados a la compra de equipos médicos y tecnológicos.

La Consejería de Sanidad ha creado para la gestión del hospital una empresa pública, fórmula jurídica hasta ahora inédita en la sanidad madrileña. El resto de hospitales públicos de la región dependen directamente del Imsalud o, como el de Alcorcón, son fundaciones. El antiguo consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz, justificó esta decisión, criticada por oposición y sindicatos, porque permitirá una gestión más eficaz y ajustada a las necesidades del centro.

La constitución de la empresa no ha estado exenta de problemas y el sindicato de enfermería SATSE ha recurrido sus estatutos en los tribunales porque, en su opinión, no cumplen la ley en materia de representatividad de los trabajadores en los órganos de dirección.

A la espera de sus primeros pacientes, el hospital apura los días cuidando infinidad de detalles. El pasado viernes, decenas de empleados del centro recibían las últimas instrucciones antes de incorporarse a sus puestos de trabajo. En las plantas inferiores, los operarios terminaban los últimos detalles en paredes y puertas, mientras el personal de limpieza recogía el polvo acumulado por las obras. En los pisos superiores, las camas esperaban, aún empaquetadas, a que alguien las instalara en su ubicación definitiva.