Una mujer de 29 años, en estado crítico tras una liposucción en Lleida
Una mujer de 29 años se encuentra en estado crítico desde hace un mes tras someterse a una liposucción en abdomen y muslos en un centro privado de Lleida. La paciente sufrió una hemorragia tras la intervención y permanece ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Arnau de Vilanova de Lleida.
La mujer, de origen sudamericano, fue intervenida en un centro privado de la calle de Vallcalentt, en Lleida y, unos días después se encontró mal y acudió al hospital Arnau de Vilanova, donde le detectaron una serie de orificios en la piel fruto de la liposucción. En urgencias...
Una mujer de 29 años se encuentra en estado crítico desde hace un mes tras someterse a una liposucción en abdomen y muslos en un centro privado de Lleida. La paciente sufrió una hemorragia tras la intervención y permanece ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Arnau de Vilanova de Lleida.
La mujer, de origen sudamericano, fue intervenida en un centro privado de la calle de Vallcalentt, en Lleida y, unos días después se encontró mal y acudió al hospital Arnau de Vilanova, donde le detectaron una serie de orificios en la piel fruto de la liposucción. En urgencias, la paciente sufrió una hemorragia y una infección en las heridas. Los médicos del centro la ingresaron en la Unidad de Cuidados Intensivos, donde se encuentra desde principios de mes.
Aunque muy infrecuente, no es el primer caso en que una liposucción acarrea graves consecuencias para el paciente. Un informe de la Asociación norteamericana de Cirugía Plástica y Reparadora (ASAPS) reconoció que una de cada 5.000 liposucciones ocasiona la muerte. La causa más frecuente se debe a una trombosis pulmonar.En España se realizan alrededor de 100.000 liposucciones al año, en su práctica totalidad en condiciones y sin problemas. Aún así, se han registrado casos que están siendo investigados por la justicia. Por ejemplo, el 25 de enero de 2002 falleció en Madrid Débora Catalán, de 36 años, después de someterse a una intervención en el centro Icema, precintado por la Consejería de Sanidad por carecer de licencia. El médico que atendió a la fallecida, Gerardo Raúl Senderowich, acumulaba 30 demandas en febrero de 2002 relacionadas con intervenciones estéticas. Unos meses después el 24 de marzo de 2002, Ana Milena Toro, de 30 años, entró en coma tras ser operada en la clínica Bruselas de Madrid.