Hallado sano el niño de tres años que estuvo 16 horas perdido en un bosque de Begues

El pequeño se extravió durante una excursión del colegio y pasó la noche a la intemperie

Había recorrido él solo, no se sabe cómo ni por qué, cerca de tres kilómetros, casi la mitad cuesta arriba, desde la casa de colonias de Can Rigol, en Begues, a la que llegó para pasar un día de excursión junto a otros alumnos del colegio público Josep Maria Ciurana, de Sant Boi de Llobregat. Pasadas las tres de la tarde del viernes se le perdió la pista, cuando jugaba con sus compañeros de clase. Pese a la angustia de encontrarse solo, el crío consiguió sobrevivir una noche a la intemperie. Una vez localizado, fue trasladado sano y salvo a un centro hospitalario con signos leves de hipotermia...

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Había recorrido él solo, no se sabe cómo ni por qué, cerca de tres kilómetros, casi la mitad cuesta arriba, desde la casa de colonias de Can Rigol, en Begues, a la que llegó para pasar un día de excursión junto a otros alumnos del colegio público Josep Maria Ciurana, de Sant Boi de Llobregat. Pasadas las tres de la tarde del viernes se le perdió la pista, cuando jugaba con sus compañeros de clase. Pese a la angustia de encontrarse solo, el crío consiguió sobrevivir una noche a la intemperie. Una vez localizado, fue trasladado sano y salvo a un centro hospitalario con signos leves de hipotermia y algún arañazo. Más de 700 personas, entre policías, cuerpos de seguridad y voluntarios, habían participado en las labores de rescate.

"Mucha satisfacción", fue el estado de ánimo que describió el agente de la Guardia Civil José Antonio Partal tras encontrar, junto a su compañero, al niño perdido. La pareja motorizada se había incorporado a las siete de la mañana de ayer a un nuevo contingente de búsqueda formado por unas 450 personas, tras una noche terrible para otros tantos voluntarios que estuvieron buscando al pequeño durante cerca de 16 horas.

Los guardias localizaron al niño en una pista forestal, de pie, junto a unos arbustos. Llevaba la cara arañada, y sucia por haber llorado, la chaqueta del chándal abierta y las zapatillas deportivas sin atar. Cuando vio a sus rescatadores estaba sin habla. "Yo tengo una hija de un año y medio y mi primer instinto al ver al pequeño fue arroparlo con una manta, como hubiera hecho con ella", explicó Partal. Aquella noche muchos voluntarios de Begues y poblaciones vecinas, que se acercaron hasta la casa de colonias para ayudar a los cuerpos de seguridad, se sintieron por unas horas padres y madres del pequeño. No pudieron reprimir los aplausos de alegría cuando vieron a la pareja de la Guardia Civil llegando a la casa de colonias con el pequeño envuelto en una manta y a salvo. Los guardias civiles tuvieron que convencer a Alejandro Hernández, de carácter algo introvertido y con problemas de dicción, para poder trasladarlo a un lugar donde atenderle. Lo invitaron a jugar a policía y lo subieron a la moto, con un casco. Le esperaba un helicóptero que lo trasladó al hospital de Vall d'Hebron de Barcelona, donde se recuperó de una leve hipotermia y le curaron algunos rasguños, cicatrices de una aventura con final feliz.

El elevado número de voluntarios que quisieron colaborar casi provocó un colapso, pero finalmente fueron coordinados por los especialistas en situaciones de emergencia, que crearon diversos grupos, acompañados de perros, para rastrear la zona. Además de vecinos de Begues y de los municipios más cercanos, acudieron a Can Rigol todos los profesores del colegio de Alejandro Hernández, concejales del Ayuntamiento de Sant Boi, la alcaldesa de Begues y padres y madres del barrio donde vive el pequeño.

Los responsables de la casa de colonias Can Rigol, abierta desde hace 20 años, defendieron ayer la profesionalidad de los maestros que atienden normalmente a los escolares. El propietario de la casa de colonias, Carles Bàdenas, se mostró ayer muy contento tras el rescate del niño. "Ha sido una noche muy tensa, y más a medida que iban transcurriendo las horas". Afortunadamente, todo acabó bien.

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