ELECCIONES EN CATALUÑA | Crispación en la campaña

Piqué se lamenta de que Mayor ha roto su estrategia electoral

El candidato había logrado huir de un debate sobre el modelo de Estado, que le perjudica

Josep Piqué hizo ayer un alto en su campaña electoral catalana y acudió a Madrid llamado por su partido para votar la aprobación definitiva de la reforma del Código Penal y evitar que, como hace pocas semanas, la falta de quórum desbaratara los planes del PP. Piqué subió el tono de queja contra la imprevista irrupción de Jaime Mayor en la campaña del PP catalán. Se quejó de que esa frase "distorsionó" su estrategia de centrar el discurso en los problemas reales de los catalanes frente al discurso "esencialista" de los demás partidos, basado en el modelo de Estado.

Piqué ofreció la salid...

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Josep Piqué hizo ayer un alto en su campaña electoral catalana y acudió a Madrid llamado por su partido para votar la aprobación definitiva de la reforma del Código Penal y evitar que, como hace pocas semanas, la falta de quórum desbaratara los planes del PP. Piqué subió el tono de queja contra la imprevista irrupción de Jaime Mayor en la campaña del PP catalán. Se quejó de que esa frase "distorsionó" su estrategia de centrar el discurso en los problemas reales de los catalanes frente al discurso "esencialista" de los demás partidos, basado en el modelo de Estado.

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Piqué ofreció la salida para que estas "distorsiones" no vuelvan a producirse en la última "y decisiva" semana de campaña. "La solución es muy sencilla: no establecer comparaciones entre la situación política en el País Vasco y en Cataluña, porque no son comparables", aseguró a primera hora de la mañana en la Cadena SER.

Después, en el Congreso, en una improvisada rueda de prensa explicó por qué Mayor -con su comparación entre "la herencia de ETA, que es el plan Ibarretxe, y la herencia de Pujol, que es la posibilidad de que ERC sea el árbitro en el próximo Gobierno de Cataluña"- ha "distorsionado" su campaña. "Nos ha roto una línea estratégica que está dando sus frutos", aseguró.

Esa estrategia consiste en decir que el PP no se ocupa de "cuestiones esencialistas como la Corona de Aragón o el federalismo asimétrico o la reforma estatutaria" sino de las políticas que "mejoran el bienestar" de los ciudadanos, "de los temas que realmente preocupan a los españoles". Y con la "distorsión" de Mayor, el candidato popular dijo que ha tenido que "dedicar dos días a explicar estas cosas" y a enfatizar que "nadie pone en discusión el carácter democrático de ERC".

En realidad, de momento han sido cuatro los días de campaña del PP monopolizados por las palabras de Mayor. En parte también por eso, Piqué decidió subir el tono para tratar de zanjar definitivamente un asunto que molesta no sólo a Piqué, sino a todo su entorno. Una vez abierta la espita por el líder, también la número dos de la lista a las autonómicas, Dolors Nadal, se lanzó contra Mayor y sostuvo que sus declaraciones sólo se explican "desde el desconocimiento de Cataluña" que achacó al líder del PP vasco. "Cataluña no es como el País Vasco porque es una sociedad libre en la que no hay catalanes buenos ni malos, sino gente con opiniones libres", insistió Nadal.

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Toda la campaña de Piqué está centrada en la huida del debate sobre el modelo de Estado, que le perjudica. La primera frase de sus anuncios electorales es: "A Josep Piqué le preocupan más las personas que los grandes debates políticos". Y todos los días, el candidato trata de presentar sus programas sectoriales sin entrar en el espinoso asunto de la reforma del Estatuto.

La queja de Piqué no se limitó a la intervención de Jaime Mayor. El candidato popular aseguró que él puede entender que el alcalde de Madrid suba algún impuesto -"tendrá sus razones"-. El problema es que el anuncio se hizo el mismo día en el que Piqué anunció su propuesta estrella: bajar un punto y medio los impuestos en la parte del IRPF que gestiona la Generalitat. Faltó, en este caso, un poco de coordinación interna para que la promesa del PP catalán de bajar tributos no sonara un poco a broma.

También la presencia en Barcelona del presidente de la Xunta, Manuel Fraga, que recibió abucheos, distorsionó la imagen moderada y catalanista de Piqué. Ayer, el fundador del PP sostuvo en Santiago de Compostela que acudió "invitado" por el candidato catalán y que sólo le gritó "un pequeño grupo de gamberros". Lo cierto es que la llamada llegó desde las asociaciones andaluzas. El PP catalán dio su visto bueno, pero el acto estaba planeado para la precampaña, cuando la atención de los medios es menor.

De izquierda a derecha: Javier Arenas, Luis de Grandes y Josep Piqué, ayer en el Congreso de los Diputados.EFE

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