ELECCIONES EN CATALUÑA

Maragall declara la guerra a la precariedad laboral como forma de reducir los accidentes

El candidato promete defender la especificidad de la cultura catalana

La precariedad laboral es uno de los "principales riesgos laborales" y la causa de muchos accidentes en el trabajo. Esta relación directa, puesta en cuestión a menudo por los empresarios, fue asumida ayer por el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall, quien se comprometió a "combatir" la precariedad laboral como la mejor forma de reducir los accidentes de los trabajadores. El líder del PSC exhibió con orgullo su condición de socialista, aunque defendió también las bondades de la flexibilidad laboral.

Maragall reivindicó ayer el carácter socialista y d...

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La precariedad laboral es uno de los "principales riesgos laborales" y la causa de muchos accidentes en el trabajo. Esta relación directa, puesta en cuestión a menudo por los empresarios, fue asumida ayer por el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall, quien se comprometió a "combatir" la precariedad laboral como la mejor forma de reducir los accidentes de los trabajadores. El líder del PSC exhibió con orgullo su condición de socialista, aunque defendió también las bondades de la flexibilidad laboral.

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Maragall reivindicó ayer el carácter socialista y de izquierdas de su propuesta durante una visita en Cornellà de Llobregat (Baix Llobregat) a la empresa de estanterías Mecalux, una multinacional catalana que tiene 2.000 trabajadores y plantas en Polonia y Estados Unidos. "Somos un partido de izquierdas, somos un partido socialista y la clase obrera debe tener un papel importante", afirmó.

El líder socialista, no obstante, se apresuró a subrayar que su propuesta socialista es moderna y plenamente adaptada al siglo XXI: "No haremos la revolución, pero el cambio será una revolución en la calidad de vida", afirmó el candidato, que estuvo acompañado por el primer secretario del PSC y por los diputados Miquel Barceló, Teresa Serra y Josep Maria Rañé.

Maragall identificó la siniestralidad laboral como uno de los principales problemas del mercado laboral catalán: sólo en 2002 fallecieron 186 trabajadores, lo cual situó a Cataluña como la segunda comunidad autónoma con mayor siniestralidad. Para combatirla, el dirigente socialista se comprometió a atacar la precariedad laboral y reducir la temporalidad hasta dejarla en el 15% de los contratos.

En cambio, el dirigente socialista asumió la flexibilidad como algo inexorable e incluso positivo para los intereses de los trabajadores siempre y cuando, precisó, se combine con la seguridad y con una amplia protección social. El candidato puso como ejemplo las condiciones laborales de una de sus hijas, que tiene un contrato de obra que fija un mínimo de 40 horas semanales, algo aparentemente contradictorio. Pese a ello, Maragall insistió en que "la realidad impone sus exigencias sobre la formalidad de las leyes". En consecuencia, dio casi por perdida la posibilidad de alterar esta aparente contradicción para proteger mejor a los trabajadores porque "es muy difícil poner barreras contra la libertad de contrato".

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El dirigente socialista, que también propuso impulsar contratos a tiempo parcial fijos y promover el permiso de paternidad para aumentar la tasa de actividad de las mujeres, comprobó in situ las dificultades de las relaciones laborales: en la breve reunión que mantuvo con los directivos y el comité de empresa se vivieron momentos de tensión originados por el reciente despido de un trabajador.

Por la noche, en un mitin en el teatro auditorio de Granollers (Vallès Oriental) al que asistieron unas 800 personas, el líder socialista prometió "defender como un jabato la especificidad de la cultura catalana en el mundo", aunque subrayó que la entiende, a diferencia de CiU, de modo "plural", "libre" y sin "fundamentalismo". A su juicio, el catalán tiene "la supervivencia asegurada", pero ahora es el momento de dar un paso más: que España cumpla con su "obligación" de defender y promover el catalán como parte de su propia riqueza y que Cataluña haga lo mismo con el castellano.

Durante su intervención, seguida por las ex ministras Carmen Alborch, Ángeles Amador y Rosa Conde, el candidato auguró que este momento "que cambiará la dinámica del país" llegará cuando el PSOE regrese al poder e impulse la "España plural". A su juicio, ello es imposible con José María Aznar, a quien censuró. Dijo que su motor es buscar el enfrentamiento e insinuó que incluso ha buscado sacar provecho político de los muertos para este fin: "Siempre ha ido a buscar qué muerto era el último muerto que le podría enfrentar a los demás; cuando hay muertos en Euskadi, los de Euskadi, y en lo de Irak diciendo que los demás se alegraban de que hubiera muertos y de que regresaran los cadáveres de Irak".

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