Estrategias para no quemarse en el trabajo

Los expertos recomiendan organizarse mejor y encontrar nuevas motivaciones para evitar el 'burnout'

¿Se levanta a menudo con la sensación de que es incapaz de ir a trabajar? ¿La monotonía y la pérdida de ilusión por su profesión le impiden sacar partido de sus cualidades? ¿Se siente desaprovechado por sus superiores? En Europa, uno de cada tres médicos, el 25% de los profesores y el 20% de los policías responden sí a varias de estas cuestiones. Quienes así responden sufren algún grado de desgaste profesional, una afección cada vez más común, conocida como el síndrome del burnout o síndrome del quemado.

Durante años, muchos trabajadores han pensado que el desgaste profesional, e...

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¿Se levanta a menudo con la sensación de que es incapaz de ir a trabajar? ¿La monotonía y la pérdida de ilusión por su profesión le impiden sacar partido de sus cualidades? ¿Se siente desaprovechado por sus superiores? En Europa, uno de cada tres médicos, el 25% de los profesores y el 20% de los policías responden sí a varias de estas cuestiones. Quienes así responden sufren algún grado de desgaste profesional, una afección cada vez más común, conocida como el síndrome del burnout o síndrome del quemado.

Durante años, muchos trabajadores han pensado que el desgaste profesional, el quemarse, era algo inherente a su trabajo. Gajes del oficio. Pero las cosas están cambiando. Al menos así lo cree Steven Puellmans, profesor adjunto de IESE en la Universidad de Navarra, que defiende que el burnout puede vencerse, incluso en condiciones laborales adversas. "Es cuestión de detectarlo a tiempo e imponerse a ello".

"No desgasta por igual llegar al aula sin saber qué encontrarás que poderse preparar antes"
"Estar quemado no significa que uno tenga que dejar el trabajo, debe enriquecerlo"

Pero, ¿cómo sabe un trabajador que se está quemando? "Normalmente, los que primero detectan esta situación son las personas que rodean a la víctima. Muchas veces es difícil que el propio afectado por el desgaste profesional severo se dé cuenta de ello". Lo que este especialista en estrés y burnout recomienda es saber parar y mirar atrás de vez en cuando: "¿Me gusta realmente lo que estoy haciendo en el trabajo? ¿Me siento tan motivado como antes? Si respondes con un no, hay que buscar soluciones", afirma. Una de ellas es cambiar pequeñas cosas de la rutina en el trabajo que le den un nuevo sentido y una nueva motivación.

"Estar quemado no significa que uno tenga que dejar el trabajo; lo que debe hacerse es enriquecerlo utilizando mejor las competencias que tenemos". El ejemplo que pone este especialista es el del personal de enfermería del turno de noche, unos de los más afectados por el burnout. "Muchas enfermeras se quejan de la rutina asfixiante en el trabajo nocturno, ya que todo el mundo duerme y, a menudo, tienen muchas horas vacías dentro de su jornada laboral. Una salida a esta situación es intentar que estas enfermeras puedan hacerse cargo de alguna tarea que ayude a sus compañeras del siguiente turno, algo que genere mejor entendimiento entre los turnos y que puedan decidir entre ellas". Son actuaciones que acaban repercutiendo positivamente en el estado de ánimo de quienes lo hacen, incluso a costa de aumentar la carga laboral.

Pero a pesar de que el burnout se extiende en muchas profesiones, no hay que dramatizar. "Hay que distinguir entre tener un mal día y estar quemado", afirma Ramona García, copresidenta del Congreso Español de Medicina del Trabajo celebrado la semana pasada en Barcelona. García asegura que los estadios iniciales del burnout son fácilmente combatibles con una mejor organización de la agenda, por ejemplo en el caso de los médicos. "Hay que saber reducir el impacto que provoca el paciente, delimitar más las horas de consulta y evitar en la medida de lo posible el tener que dar muchas malas noticias en una sola tarde", explica. "En muchos casos el médico puede organizarse de tal forma que evite comunicar dos malas noticias seguidas o en ausencia de otros compañeros de equipo, hay que organizarse lo mejor posible".

También hay pequeñas soluciones para los maestros. "Muchas veces un maestro tiene que hacer frente a situaciones que no controla, a alumnos conflictivos o a situaciones con un exceso de trabajo. En muchas ocasiones la presión se reduce si el profesor establece un horario claro para recibir a sus alumnos y si puede hacer un trabajo en equipo con el resto de compañeros para identificar a los alumnos más conflictivos. No desgasta por igual llegar a una clase sin saber qué te encontrarás que estudiar la situación con anterioridad", explica García.

En cualquier caso, García, Puellmans y el resto de profesionales que trataron el burnout en el Congreso de Medicina del Trabajo insistieron en un punto: hablar del problema e intentar que sean las propias empresas y organizaciones las que velen porque sus trabajadores no caigan en lo que para muchos significa la muerte profesional.

Médicos sobrepasados

Tienen un contrato fijo, un trabajo que muchos envidian y un elevado nivel de estudios. Pero están quemados. El síndrome del burnout, del desgaste profesional, afecta a más de un tercio de los médicos españoles, pero en algunos ámbitos esta cifra se dispara. Como en el Área Sanitaria de Talavera de la Reina (Toledo), según ha puesto de manifiesto una encuesta realizada a los facultativo de esta área.

El 86% de los médicos de atención primaria del área de Talavera se consideran víctimas del burnout. La situación no es mucho mejor entre los médicos especialistas con lo que, de promedio, tres de cada cuatro profesionales sanitarios dicen sentirse quemados, desgastados por un trabajo que ya no les aporta lo que un día buscaron en él.

El de Talavera de la Reina no es, ni mucho menos un caso aislado, y también demuestra que el dinero no lo arregla todo. Y es que al preguntárseles qué cambiarían de su trabajo para poder autorrealizarse, los médicos citan, en primer lugar (72% de los casos), las mejoras laborales, en las que se incluye la mejora del entorno donde trabajan y la dotación de más recursos no necesariamente económicos. El sueldo no es sino la quinta causa aducida por los médicos (14% de los casos), por detrás del mejor reconocimiento de la profesión y la demanda de que la Administración se implique más en la gestión de la sanidad pública. En resumen, lo que realmente piden los profesionales son "mejoras laborales con el fin de disponer de tiempo para trabajar con mayor calidad", concluye el estudio, elaborado por profesionales de la misma Área Sanitaria de Talavera de la Reina.

El trabajo se realizó a partir de unas encuestas que respondieron un total de 144 médicos de los 235 de la zona, 63 de atención primaria y 81 dedicados a la atención especializada.

El estudio sugiere que los profesionales de atención primaria también se queman antes porque su grado de implicación emocional con sus pacientes es mucho mayor. Son precisamente estos profesionales los que con más vigor piden una mayor intervención de la Administración para acabar con su mala situación profesional.

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