Un ambicioso complejo sólo frenado por la tragedia

Las obras del mayor hotel de la península, el Atrium Beach, que se levanta en la cala de Finestrat, son ilegales casi desde su inicio. El primer expediente abierto por el Ayuntamiento por infracción urbanística se remonta a marzo de 2000. Pese a este expediente y sucesivos decretos de paralización, el promotor Francisco García continuó las obras. El proyecto se frenó en seco a raíz de una doble tragedia: dos accidentes laborales en seis días que costaron la vida a tres operarios. La tragedia llevó a la Dirección General de Trabajo a paralizar las obras hasta cerciorarse de que los trabajos pod...

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Las obras del mayor hotel de la península, el Atrium Beach, que se levanta en la cala de Finestrat, son ilegales casi desde su inicio. El primer expediente abierto por el Ayuntamiento por infracción urbanística se remonta a marzo de 2000. Pese a este expediente y sucesivos decretos de paralización, el promotor Francisco García continuó las obras. El proyecto se frenó en seco a raíz de una doble tragedia: dos accidentes laborales en seis días que costaron la vida a tres operarios. La tragedia llevó a la Dirección General de Trabajo a paralizar las obras hasta cerciorarse de que los trabajos podrían seguir con las suficientes medidas de seguridad para la integridad de los más de 600 operarios que trabajan en la obra.

Pasadas las semanas y solventado el extremo de la seguridad, el Atrium Beach sigue varado en dique seco. El doble siniestro laboral destapó otra cuestión nada baladí: la legalidad urbanística del proyecto. El alcalde admite la ilegalidad de la obra. Pero Llorca, que siempre ha visto con buenos ojos el mastodóntico hotel, se resiste a enterrar el proyecto y negocia la modificación del Planeamiento para legalizar la obra.

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