Reportaje:

El futuro pasa por el ADN

La Universidad de Valencia organiza una jornada para dar a conocer la tecnología de 'biochips' de la que dispone

Desde certificar la denominación de origen de un vino a determinar los genes vinculados al desarrollo de un tipo de cáncer, las aplicaciones de los biochips de ADN son enormes y su futuro es prometedor. La Universidad de Valencia celebró ayer una jornada para dar a conocer la tecnología de estos equipos, en cuya fabricación y uso es pionera, a centros de investigación, universidades, hospitales, empresas biotecnológicas, agroalimentarias o farmacéuticas.

En esencia, los biochips son moldes con los que comparar e identificar genes. Se compone de una placa de pocos centímetros cuad...

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Desde certificar la denominación de origen de un vino a determinar los genes vinculados al desarrollo de un tipo de cáncer, las aplicaciones de los biochips de ADN son enormes y su futuro es prometedor. La Universidad de Valencia celebró ayer una jornada para dar a conocer la tecnología de estos equipos, en cuya fabricación y uso es pionera, a centros de investigación, universidades, hospitales, empresas biotecnológicas, agroalimentarias o farmacéuticas.

En esencia, los biochips son moldes con los que comparar e identificar genes. Se compone de una placa de pocos centímetros cuadrados que contiene miles de genes de referencia ordenados e identificados por su posición. Al bañar estas celdillas con el ADN de un indivíduo, éstos se unen a los de referencia de forma que las mutaciones, presencia o ausencia de los genes quedan al descubierto y se pueden determinar las enfermedades ligadas a ellos.

La Universidad tiene dos modalidades de esta tecnología cada una con utilidades distintas, como apuntan desde la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación. El situado en el campus de Burjassot es empleado para realizar trabajos a la carta, permite la búsqueda de genes que desee el cliente y los equipos se realizan bajo demanda. De esta forma, puede servir para un hospital que, por ejemplo desee detectar el gen que codifica un tumor para saber si el enfermo puede desarrollarlo, qué respuesta puede tener el paciente a los tratamientos o cuál puede ser la evolución de la enfermedad. Pero también puede ser empleado para determinar la denominación de origen de un vino -si ésta está ligada a una variedad y, por ello a una identidad genética- o saber si se ha manipulado un alimento y es trasgénico -comparando su contenido genético natural con el de la muestra-. Frente a esta versatilidad, la Universidad tiene otro equipo en la Facultad de Medicina, desarrollado por la empresa Affymetrix, mucho más potente, aunque menos flexible y centrado en la salud humana. En este caso únicamente están disponibles las aplicaciones desarrolladas por la firma, por lo que hay que ceñirse a la determinación de genes exixtente en el mercado.

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