Crónica:FÚTBOL | Séptima jornada de Liga

Tres grandes se disparan

La Liga comienza a abrir una brecha considerable. De un lado, tres ilustres bien armados, con muchas horas de vuelo con el mismo sello. Tres equipos fácilmente reconocibles: Valencia -que con seis victorias seguidas ha igualado la mejor racha de su historia-, Deportivo y Real Madrid. A rebufo, de tumbo en tumbo, el resto de la tropa europea: la Real -que, de momento, no soporta la carga de la Liga de Campeones-, el Celta -algo envejecido, sin chispa, un poco pasado de rosca-, el Mallorca -destartalado en pretemporada-, el Villarreal -con un tour sobre las piernas tras su aventura...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La Liga comienza a abrir una brecha considerable. De un lado, tres ilustres bien armados, con muchas horas de vuelo con el mismo sello. Tres equipos fácilmente reconocibles: Valencia -que con seis victorias seguidas ha igualado la mejor racha de su historia-, Deportivo y Real Madrid. A rebufo, de tumbo en tumbo, el resto de la tropa europea: la Real -que, de momento, no soporta la carga de la Liga de Campeones-, el Celta -algo envejecido, sin chispa, un poco pasado de rosca-, el Mallorca -destartalado en pretemporada-, el Villarreal -con un tour sobre las piernas tras su aventura veraniega en la Intertoto- y el Barça -que ha despilfarrado en siete jornadas el crédito logrado en las urnas-.

Más información

Si el resto de los casos eran previsibles, el de los azulgrana resulta anormal. Después de tres temporadas esquizofrénicas, lejos de aportar un poco de cordura, Rijkaard está tan despistado como sus fracasados predecesores. Lo mismo se inventa defensas (ante el Depor sólo jugó con uno puro, Puyol) que atiza un debate infantil entre Kluivert y Saviola (muy superior el primero), que insiste en unos veteranos (Luis Enrique) y pasa a otros por el cepillo (Overmars). A los nuevos (Rustu, Quaresma, Márquez, Mario) no les da cuerda y con los jóvenes juega a la ruleta (un día Sergío García, otro Iniesta, otro Santamaría).

En el Calderón el lío es similar. El mismo chico que había otorgado al Atlético el único triunfo del curso repitió ayer. Jorge, que tenía la exclusiva victoriosa, hizo una faena similar a la del día del Albacete. Con el balón parado, en el balcón del área, de nuevo el canario fue el encargado de exhibir la única virtud que, por ahora, distingue al Atlético. Lo demás es un desastre, salvo algunos apuntes de la pareja de baile que forman Torres e Ibagaza. Poca cosa para un equipo que otra vez se ve cerca del abismo, que no encuentra soluciones desde el banquillo y con una plantilla muy plana. Ayer, en la prolongación, Jorge le dio oxígeno cuando parecía cerrado en tablas el pulso entre Manzano y Luis, y el primero ya tiene otra semana de plazo para cambiar de nuevo de planes. Frente al Mallorca la novedad fue Simeone como central. La próxima jornada nadie sabe cómo girará la peonza.

En Sevilla, las chuflas la semana será dura para los de Caparrós, que tendrán que soportar la chufla de los béticos, que remontaron en el Sánchez Pizjuán un gol de Reyes. Lo mejor es que el derby resultó pacífico, la gran noticia para las dos parroquias.

Para mala noticia la de Maciel, el buen jugador argentino del Murcia, que sufrió una doble fractura de tobillo en Pamplona.

Pablo Alfaro y Tote, enganchados, en una jugada del duelo sevillano de ayer.GARCÍA CORDERO
Los jugadores del Atlético celebran el decisivo gol de Jorge.DIARIO AS

Sobre la firma

Archivado En