Impuestos para reducir la desigualdad

Ricardo Berzoini estima que la reforma tributaria no se agota con la reforma constitucional, porque después vendrá una parte muy importante con la aprobación de leyes complementarias, particularmente en lo que se refiere al impuesto sobre la renta. "Brasil tiene un impuesto poco progresivo, con un perfil inadecuado para nuestra situación social. En un país con tanta desigualdad, el impuesto sobre la renta de las personas físicas es un instrumento poderoso para reducir desigualdad", señala el ministro de Seguridad Social.

Este representante del Gobierno evalúa así la actitud de las élite...

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Ricardo Berzoini estima que la reforma tributaria no se agota con la reforma constitucional, porque después vendrá una parte muy importante con la aprobación de leyes complementarias, particularmente en lo que se refiere al impuesto sobre la renta. "Brasil tiene un impuesto poco progresivo, con un perfil inadecuado para nuestra situación social. En un país con tanta desigualdad, el impuesto sobre la renta de las personas físicas es un instrumento poderoso para reducir desigualdad", señala el ministro de Seguridad Social.

Este representante del Gobierno evalúa así la actitud de las élites brasileñas. "Siempre ha habido una gran desconfianza de los sectores empresariales hacia la izquierda brasileña y hacia el propio presidente Lula. Ahora hay una recomposición tras la inapelable victoria electoral". El ministro llama la atención sobre el hecho de que las grandes cuestiones que pueden transformar la estructura social de Brasil no son necesariamente la participación en un programa social como Hambre Cero. "Son las cuestiones que tienen que ver con la estructura tributaria, la estructura patrimonial, la propiedad de la tierra... Son cuestiones muy conflictivas en las que no creo que haya habido un cambio de posición de las élites". "Eso sí", añade, "se ha quebrado el preconcepto contra un Gobierno de izquierda en nuestro país".

Cuando se tocan cuestiones más esenciales, como la distribución de la renta, la estructura productiva, las relaciones de trabajo, el sistema de pensiones y las relaciones entre latifundistas y trabajadores rurales, la tensión aumenta y llega hasta el propio Gobierno. "La gran ventaja es la habilidad del presidente Lula y de los ministros de gestionar este tipo de conflictos", dice el ministro. "El sector financiero en Brasil gana mucho más dinero que cualquier sector financiero del mundo. Obviamente, en esta situación tan ventajosa están abiertos al diálogo, sin dejar de defender sus intereses".

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