La pobreza afecta al 15% de la población y se ceba en los ancianos

Barcelona, por demografía, concentra el nivel más alto de pobres

La pobreza en Cataluña afecta al 15,2% de la población, no tiene una distribuciòn municipal homogénea y se ceba especialmente en la gente mayor. Afecta más a los municipios medianos, los que tienen entre 20.000 y 100.000 habitantes, que a las nueve ciudades más grandes, exceptuando Barcelona, cuyo elevado peso demográfico distorsiona la media. Éstas son algunas de la conclusiones de un estudio realizado por el catedrático de Economía Aplicada Josep Oliver para la Fundación Un Sol Món, de la Caixa de Catalunya.

El estudio fue realizado el año pasado en las 42 principales ciudades catalan...

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La pobreza en Cataluña afecta al 15,2% de la población, no tiene una distribuciòn municipal homogénea y se ceba especialmente en la gente mayor. Afecta más a los municipios medianos, los que tienen entre 20.000 y 100.000 habitantes, que a las nueve ciudades más grandes, exceptuando Barcelona, cuyo elevado peso demográfico distorsiona la media. Éstas son algunas de la conclusiones de un estudio realizado por el catedrático de Economía Aplicada Josep Oliver para la Fundación Un Sol Món, de la Caixa de Catalunya.

El estudio fue realizado el año pasado en las 42 principales ciudades catalanas. Para fijar la distribución de la pobreza y su condición, el informe se basa en el censo de 1996, el último disponible entonces. A partir de los datos de aquel año, se considera pobre una familia cuyo gasto conjunto estuviera por debajo de las 746.000 pesetas de la época (hoy, unos 4.480 euros). Convenientemente actualizada la cifra con la inflación acumulada desde 1996, el umbral de pobreza se prodría fijar en 2002 en unas 900.000 pesetas (5.400 euros).

Este nivel de gasto hay que interpretarlo de forma relativa. Los autores del trabajo señalan que, por ejemplo, en el caso de una pareja de ancianos, no es lo mismo que vivan con 5.400 euros en una ciudad que en el ámbito rural con la misma cantidad. En una población pequeña, la calidad de vida que ofrecen los 5.400 euros y sus posibilidades son infinitamente superiores.

Desde el año pasado, la situación ha cambiado muy poco. Si acaso, se ha producido una ligera mejora entre la gente joven que estaba en situación de pobreza por hallarse en el paro y que ha encontrado trabajo. Lo que es seguro que no ha cambiado es la situación de los ancianos jubilados que viven en una ciudad y cuyas pensiones continúan sin darles para llegar sin problemas a fin de mes.

Precisamente, la principal conclusión del estudio es que la pobreza que se da en Cataluña es la propia de un país desarrollado, un país con ingresos altos donde está directamente relacionada con el envejecimiento de su población. Este tipo de pobreza contrasta con la que padecen los países en vías de desarrollo, vinculada a elevadas tasas de natalidad y a problemas crónicos de crecimiento económico.

La distribución territorial de la pobreza tiene mucho que ver con las características demográficos de los municipios y con su base económica. El informe de la Caixa de Catalunya destaca una pobreza más envejecida en la ciudad de Barcelona y en los municipios de menos de 20.000 habitantes. En cambio, a los hogares más jóvenes en las ciudades de más de 20.00 habitantes y en aquellas que en los años sesenta y setenta del siglo pasado acogieron las oleadas de inmigrantes.

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En 1996, un tercio de los hogares pobres y una cuarta parte de las personas en esta situación vivían en Barcelona. Por sus características demográficas, esta ciudad concentra el mayor volumende pobreza. Además, en Barcelona ésta es predominantemente femenina (el 58,2% de este tipo de familias están dirigida por mujeres). La ciudad también concentra el porcentaje más elevado de hogares en los que el cabeza de familia, y muchas veces el resto de los miembros, están en paro.

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