OPINIÓN DEL LECTOR

Con Gesto

Disfruto de mi familia y amigos siempre que puedo, con los únicos inconvenientes impuestos por una sociedad que vive como si el mundo se fuera a terminar mañana. Pero soy consciente de que eso no es lo habitual para miles de personas en este país, sobre quienes pende una condena a muerte dictada por una banda de fanáticos. Por ejemplo, para quien no puede acompañar en su coche a un familiar, porque las plazas deben ir ocupadas por escoltas. O para aquél a quien algún vecino discute el que su guardespaldas vaya hasta la puerta de su domicilio. O para aquella a quien sólo permiten la entrada en ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Disfruto de mi familia y amigos siempre que puedo, con los únicos inconvenientes impuestos por una sociedad que vive como si el mundo se fuera a terminar mañana. Pero soy consciente de que eso no es lo habitual para miles de personas en este país, sobre quienes pende una condena a muerte dictada por una banda de fanáticos. Por ejemplo, para quien no puede acompañar en su coche a un familiar, porque las plazas deben ir ocupadas por escoltas. O para aquél a quien algún vecino discute el que su guardespaldas vaya hasta la puerta de su domicilio. O para aquella a quien sólo permiten la entrada en su vehículo tras una minuciosa revisión de los bajos del mismo. O para aquellos que no pueden disfrutar de sus hijos porque sería arriesgar sus vidas y las propias.

Hay quienes perdieron la vida cuando volvían de comprar el pan o el periódico. A mi hijo adolescente le digo que asesinar a un semejante es el camino más seguro hacia el abismo. Quiero poder mirarle a los ojos y decirle que no he vivido ajena al sufrimiento de quien está perseguido. Por eso estuve el sábado en las Arenas uniéndome a la protesta de Gesto por la Paz en contra de la violencia de persecución. La causa lo merecía.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En