Editorial:

La vivienda burbujea

Un reciente estudio de la Fundación de las Cajas de Ahorro resume la situación del mercado inmobiliario en tres datos espectaculares: el precio de la vivienda ha crecido tres veces más que los salarios entre 1998 y 2002; el pago de la cuota hipotecaria absorbe más de la mitad del salario bruto mensual y el mercado español ha construido más del 40% de todas las viviendas nuevas de la Unión Europea en los últimos cuatro años. Las causas son conocidas: a la fuerte tendencia tradicional en España a adquirir, en lugar de alquilar, la primera vivienda, se han sumado su carácter de refugio inversor p...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Un reciente estudio de la Fundación de las Cajas de Ahorro resume la situación del mercado inmobiliario en tres datos espectaculares: el precio de la vivienda ha crecido tres veces más que los salarios entre 1998 y 2002; el pago de la cuota hipotecaria absorbe más de la mitad del salario bruto mensual y el mercado español ha construido más del 40% de todas las viviendas nuevas de la Unión Europea en los últimos cuatro años. Las causas son conocidas: a la fuerte tendencia tradicional en España a adquirir, en lugar de alquilar, la primera vivienda, se han sumado su carácter de refugio inversor por las pérdidas en Bolsa, la renuncia del Gobierno a desarrollar políticas de apoyo a la vivienda protegida y la carrera especulativa iniciada por algunos partidos y ayuntamientos respecto al suelo. El resultado es un mercado anómalo en el que aumentan a la vez la demanda, la oferta y los precios.

Los riesgos de la burbuja se han explicado profusamente. La sociedad española queda dividida entre quienes utilizan la vivienda para invertir sus excedentes financieros, poco interesados por tanto en que bajen los precios, y quienes tienen que dedicar más de la mitad de su sueldo a pagar viviendas escandalosamente caras a pesar de la reducción drástica de los tipos hipotecarios.

El endeudamiento de las familias es un factor grave de inestabilidad económica, en cuanto que puede comprometer la fortaleza de las entidades financieras cuando flaquee la creación de empleo o suban los tipos de interés. Pero el Gobierno no se da por enterado de la cuestión; más bien parece dispuesto a apagar el fuego con gasolina, ya que la inversión en construcción es hoy el único factor que permite mantener el crecimiento de la economía española en las tasas que tanto satisfacen al Gobierno. No es extraño que rehúya el debate y se aferre a explicaciones tan peregrinas como la de que cuando los ciudadanos compran pisos es porque tienen dinero para pagarlos.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Pero cuanto más tiempo se tarde en promover un debate sobre la cuestión más difícil será aplicar soluciones y más mercados resultarán afectados. Urge poner en marcha un Libro Blanco sobre la vivienda que recoja las posibles soluciones para "corregir" la burbuja -es decir, moderar los precios- sin poner en peligro la inversión y el ahorro. Hay que cambiar drásticamente el sistema de ayudas públicas a la vivienda -carece de sentido subvencionar los costes financieros cuando los tipos están tan bajos- con el objetivo de concentrar el esfuerzo público en construir más viviendas protegidas para el mercado de propiedad y de alquiler; promover cambios legales en la Ley de Financiación Local para que la principal fuente de ingresos de los ayuntamientos no dependa directamente de la especulación del suelo; coordinar el papel del Estado, las autonomías y los ayuntamientos. Demasiada tarea para un Gobierno que tiene una percepción tan primitiva de la libertad de mercado.

Archivado En