Los autónomos son el futuro

La única empresa que ha cumplido 100 años en el índice Dow Jones es General Electric; más del 70% de las sociedades que se crean en España sólo tiene un trabajador; en Estados Unidos el número de autoempleados creció cuatro veces más rápido que la media nacional entre 1992 y 1999. Son sólo tres datos que reflejan que algo está cambiando, en opinión de José Félix Pérez-Orive, que cada vez menos personas cuentan con la seguridad económica y la tranquilidad en el futuro que proporciona una nómina.

El autor, que ha pertenecido a una treintena de consejos de administración y forma parte de l...

La única empresa que ha cumplido 100 años en el índice Dow Jones es General Electric; más del 70% de las sociedades que se crean en España sólo tiene un trabajador; en Estados Unidos el número de autoempleados creció cuatro veces más rápido que la media nacional entre 1992 y 1999. Son sólo tres datos que reflejan que algo está cambiando, en opinión de José Félix Pérez-Orive, que cada vez menos personas cuentan con la seguridad económica y la tranquilidad en el futuro que proporciona una nómina.

El autor, que ha pertenecido a una treintena de consejos de administración y forma parte de la ejecutiva de Zeltia, intenta explicar qué hay detrás de esa transformación paulatina que implica que los empresarios de toda la vida tengan "los días contados" y que los autónomos sean "el futuro", el lugar donde está el empleo. Lo hace a través de múltiples ejemplos reales, de empresas y personas. Entre éstas, destacan tres personajes: Lyn, vicepresidente de un fondo de 35 años, que representa la nueva economía; Tony Campbell, broker de bolsa en Nueva York y ejemplo de la vieja economía y Bradomín (el único con nombre falso), político retirado, abogado de formación, y asesor de otros políticos. Todos ellos tienen desigual suerte al adaptarse a la nueva realidad.

A través de ellos, y de otros muchos ejemplos, el autor intenta explicar la transformación que se está produciendo, al menos en las economías desarrolladas y que, según él, podría implicar la desaparición de la empresa tal y como la conocemos.

El libro distingue entre empresa "a secas" y negocio. La primera es aquella organización que aunque gane dinero destruye valor, mientras que los negocios son organismos cuya estructura -edificios, empleados, etcétera- está reducida a la mínima expresión de tal forma que si no consigue beneficios, desaparece. Entre ambos extremos están las empresas-negocio, que crean valor -gana dinero y lo hace de forma sana-, pero sus dificultades para adaptarse a los cambios rápidos amenazan con convertirla en una empresa vulgar.

Para Pérez-Orive el futuro está en acercarse lo más posible a esa idea de negocio. Esto implica desinvertir, externalizar y deslocalizar las actividades lo más posible, pero también centrarse en el cliente y dar más formación a los empleados. Ésta es la base para "crear valor". Esta expresión tan manida por los gurús de gestión sólo puede hacerla realidad un negocio -nunca una empresa- y nunca es tan importante como "llevarse el valor". El autor dedica varios capítulos a proponer a sus lectores las acciones que pueden ayudarle a conseguirlo.

El directivo de Zeltia expone su teoría en un tono ágil y bastante más cuidado que el del típico libro de gestión empresarial. Y la aplica a directivos desencantados o despedidos; trabajadores con iniciativa y ganas de independencia; inmigrantes, amas de casa y casi cualquier persona que quiera valerse por sí misma.

El autor no juzga la situación que intenta explicar porque la da como un hecho que, aunque resulte extraño para muchos directivos actuales no lo será tanto para sus hijos. De la lectura, que no entra en analizar los posibles desajustes, se desprende que la ve como una oportunidad más que como una pérdida.