La plataforma antitrasvase exige respuesta a las 40.000 alegaciones presentadas
Medio centenar de militantes antitrasvase se concentraron ayer frente a la sede de la Agencia Catalana del Agua (ACA) para protestar por la falta de respuesta, pese a que ayer se cumplía un año, a las 40.000 alegaciones que la Plataforma en Defensa del Ebro recogió en contra de la conexión de las cuencas catalanas. La plataforma, que considera esta conexión como un paso hacia el trasvase del Ebro, cree que la falta de respuesta de la ACA es una muestra de desprecio del Gobierno hacia los ciudadanos de las Tierras del Ebro.
Los congregados recordaron que fue justo el 4 de septiembre de 2...
Medio centenar de militantes antitrasvase se concentraron ayer frente a la sede de la Agencia Catalana del Agua (ACA) para protestar por la falta de respuesta, pese a que ayer se cumplía un año, a las 40.000 alegaciones que la Plataforma en Defensa del Ebro recogió en contra de la conexión de las cuencas catalanas. La plataforma, que considera esta conexión como un paso hacia el trasvase del Ebro, cree que la falta de respuesta de la ACA es una muestra de desprecio del Gobierno hacia los ciudadanos de las Tierras del Ebro.
Los congregados recordaron que fue justo el 4 de septiembre de 2002 cuando se entregaron las 40.000 alegaciones, en un trabajo laborioso que se tuvo que realizar durante el mes de agosto por la precipitación con la que se publicó el proyecto. Asimismo, explicaron que se había solicitado a la directora de la ACA, Marta Lacambra, una respuesta única a todas las alegaciones (aunque con una relación nominal de los alegantes y su documento nacional de identidad). En las instancias entregadas se ratifica la oposición al proyecto de conexión del Ebro, el Ter y el Llobregat por la existencia de alternativas al trasvase en las propias cuencas internas, porque "el río Ebro es frágil, de caudal limitado y decreciente que no puede asumir nuevas agresiones sin peligro para su ecosistema", así como por razones técnicas y sociales.
Representantes de Iniciativa per Catalunya se sumaron a la protesta y se mostraron críticos con los socialistas por no haber condenado la interconexión de caudales de los ríos catalanes, una de las causas de fricción interna entre los propios militantes de la Plataforma en Defensa del Ebro (PDE).