OPINIÓN DEL LECTOR

Estudiar sin libros

Soy una de las tantas personas que necesita un lugar donde estudiar fuera de su casa, siempre he podido recurrir a las bibliotecas públicas, hasta ahora. El otro día en la biblioteca provincial de Málaga no me dejaron pasar porque llevaba libros de texto y, en palabras de su encargado "la sala de consulta es sólo para consultar, no para estudiar". La sala estaba llena de personas estudiando, así se lo dije, él se encogió de hombros y suspiró: "Sí, pero con apuntes". En conclusión, si los usuarios de la biblioteca, en su mayoría, son personas buscando dónde estudiar, con sus propios libros de t...

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Soy una de las tantas personas que necesita un lugar donde estudiar fuera de su casa, siempre he podido recurrir a las bibliotecas públicas, hasta ahora. El otro día en la biblioteca provincial de Málaga no me dejaron pasar porque llevaba libros de texto y, en palabras de su encargado "la sala de consulta es sólo para consultar, no para estudiar". La sala estaba llena de personas estudiando, así se lo dije, él se encogió de hombros y suspiró: "Sí, pero con apuntes". En conclusión, si los usuarios de la biblioteca, en su mayoría, son personas buscando dónde estudiar, con sus propios libros de texto y, de paso, disponer de enciclopedias y diccionarios, ¿por qué seguir con normas rígidas que en nada sirven a la sociedad? Me fijé en los apuntes de la gente y eran libros como los míos a los que habían quitado las tapas y metido en un archivo AZ. ¿No es una hipocresía? Es absurdo limitar tanto el uso de estas instalaciones, las demás salas estaban vacías. ¡Claro, lo más común es alquilar un libro y llevárselo a casa!

Para terminar, quisiera alabar a la biblioteca pública de Arroyo de la Miel, en Benalmádena. No sólo es preciosa, sino que también es operativa y sensible con las necesidades de los vecinos: nunca está vacía.

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