Entrevista:GRAHAM TAYLOR | DIRECTOR DEL OPEN FORUM EUROPE

"Europa puede reconstruir esta industria"

Taylor destaca la "oportunidad" de la región para participar en el mercado del 'software'

Graham Taylor lleva 30 años trabajando en el sector informático. Este británico de maneras pausadas y facilidad de palabra dirige ahora una organización sin ánimo de lucro que quiere acelerar el conocimiento y la implantación posterior del software libre en la Administración y las empresas europeas. Open Forum Europe y el propio Taylor, en todo caso, quieren alejarse de la dialéctica libre

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propietario y se definen como "no evangelistas".

Pregunta. ¿Qué significa "no evangelista"?

Respuesta. Yo he sido toda mi vida u...

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Graham Taylor lleva 30 años trabajando en el sector informático. Este británico de maneras pausadas y facilidad de palabra dirige ahora una organización sin ánimo de lucro que quiere acelerar el conocimiento y la implantación posterior del software libre en la Administración y las empresas europeas. Open Forum Europe y el propio Taylor, en todo caso, quieren alejarse de la dialéctica libre

contra

propietario y se definen como "no evangelistas".

Pregunta. ¿Qué significa "no evangelista"?

Respuesta. Yo he sido toda mi vida un hombre de negocios, y como tal creo que el modelo de negocio del software abierto tiene muchas ventajas para empresas y administraciones. Sin embargo, y aunque estas ventajas están llegando con mucha naturalidad a la comunidad técnica, los responsables de compañías y administraciones se interesan por cuestiones de negocio clásicas y no por si la tecnología es buena o mala. Así que tomamos la decisión de centrarnos sólo en las cuestiones de negocio, y dejar que otra gente discuta si esto es bueno o no porque no lo hace Microsoft. Hemos hablado con grandes clientes y lo último que quieren oír son mensajes del tipo "usted es un idiota porque utiliza Microsoft". Quieren evidencias de que el software abierto va a ayudarles en su negocio. Y lo que les está deteniendo, hasta ahora, son también cuestiones de negocio relacionadas con la formación del personal, la integración del sistema o los servicios de soporte. Éstos son los problemas que hay que afrontar. Por eso nos definimos como "no evangelistas", porque no vamos a levantarnos y a gritar: "Esto es bueno para usted porque no es de Microsoft". Decimos: "Es bueno para usted porque tiene racionalidad de negocio. Y podemos probarlo".

"La política está bien para ponerla en una diapositiva, pero el escalón práctico es quizá más importante"
"Los clientes no quieren oír: 'Usted es idiota porque usa Microsoft'. Quieren evidencias de que el 'software' libre funciona"
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P. Acaba de mencionar el modelo de negocio del software abierto. Microsoft dice que no hay modelo, que se trata de un grupo de gente que desarrolla programas sin organización, sueldo ni objetivo. ¿Hay un modelo?

R. Lo hay, pero en cierto modo tiene razón, porque los principios son muy distintos a los del formato clásico de desarrollo. hay que aclarar que está absolutamente permitido hacer dinero con el software libre; la diferencia es que los ingresos provienen fundamentalmente de los servicios y la ayuda técnica, y no de la venta de licencias.

Para el cliente también es distinto, porque tiene la oportunidad de reducir sus costes de licencias y la potencia de su hardware.

P. ¿Y cuál puede ser la consecuencia de este cambio de modelo? Steve Ballmer dijo hace poco en España que no se puede crear una industria del software de fuente abierta, porque no innova.

R. No estoy de acuerdo con que no puedas innovar. Con el modelo actual, al final tienes que escribir para determinados estándares propietarios y pagar a esas empresas una licencia, así que tus costes pueden llegar a ser muy, muy altos. Éste es el gran obstáculo para la innovación. Con los programas de código abierto tienes la oportunidad de construir sobre el trabajo que ha realizado cualquier otro, y utilizar esas posibilidades para poder centrarte tú en otras cosas, sin gastar dinero en una licencia. Creo que ésta es una oportunidad que tiene Europa para reconstruir esta industria, y ésa es una de las razones por las que los gobiernos deberían utilizar y apoyar esta tecnología.

P. El Reino Unido fue uno de los primeros países en tener una política específica para esta industria. ¿Cómo ha funcionado?

R. No quiero quitarle importancia a lo que ha hecho el Gobierno británico, pero es sólo el primer paso. Lo primero es establecer la política, pero lo segundo es implementarla y ayudar a la gente a que lo utilice. Se trata de ofrecerles ayuda práctica, enseñarles casos de estudio, realizar guías...La política está bien para ponerla en una diapositiva, pero el escalón práctico es quizá más importante.

P. ¿Qué piensa de las políticas de países como Brasil, que plantea imponer la compra de este software frente al comercial?

R. Ellos han identificado algo de lo que no hemos hablado y que tiene que ver con la balanza de pagos, ya que todo el dinero que pagan en licencias se va fuera de su país. Además, creen que hay una oportunidad para alentar una industria nacional. Es una cuestión de costes, que tendría un impacto positivo en la balanza de pagos, y de ayudar a crecer una industria local que, más tarde, puedes exportar.

P. Usted lleva mucho tiempo en esta industria. ¿Está de acuerdo con que el triunfo de Linux significa el fin del negocio del sistema operativo? La mayor parte del sector cree que el sistema operativo es una commodity y apuesta por las aplicaciones. Sólo hay una que apuesta todo a ese mercado...

R. Estoy de acuerdo con eso. Antes se suponía que el sistema operativo lo era todo. Recuerdo que en la oficina teníamos veintitantas cajas de distintos proveedores de software, que tenían que escribir un nuevo programa para cada sistema operativo y cada vez que había una nueva versión. Ya no se hace.

P. ¿Cree que Microsoft hará un Word para Linux?

R. (se ríe) Prefiero no contestar a eso.

Graham Taylor, durante las jornadas de IBM en Berlín.

La polémica de la 'discriminación positiva'

En el sector público español, la decisión de cambiar los sistemas a software abierto depende de dos tipos de decisiones: técnica y política. La Administración central ha optado, claramente, por la primera. Según explica Luis de Eusebio, en el Ministerio de Administraciones Públicas (MAP) se recomienda realizar un estudio serio del sentido "técnico y económico" de una migración. En algunos casos, dice, las inversiones en formación de los funcionarios no justifican el cambio. Sí se anima a que los organismos que ya se enfrenten a la renovación de equipos consideren el software abierto entre sus opciones. Además, la Administración central está tratando de garantizar que no se discrimine el software abierto en los concursos, que a veces reclaman ordenadores equipados "con Windows".

Hay quien cree que las administraciones deben ir más allá y discriminar positivamente al software abierto, porque así se evita vincular la Administración a una empresa y se fomenta una industria nacional.

El caso más conocido es el de Extremadura, que decidió equipar a sus colegios con Linex, una distribución propia de Linux. La Junta asegura que, gracias a ello, se ha ahorrado millones de euros y ha conseguido que empresas extremeñas, como IK Benson, hagan negocio. Ha habido problemas de uso por parte de los profesores, pero fuentes de la Consejería de Educación explican que el programa funciona bien y se utilizará en el resto de la Administración.

Más polémico ha sido el caso andaluz. La Junta decidió apoyar por decreto la implantación preferente de software libre en colegios y centros de acceso a Internet, lo que ha provocado las quejas de Microsoft. "Instalamos un software que es neutral, no tiene coste y no impide la instalación posterior de otro", explica José Carlos Alarcón, secretario general para la Sociedad de la Información de la Junta. "La posición contraria es la que habría sido difícilmente defendible". Andalucía también espera que su decisión cree riqueza para las empresas andaluzas. "

Se producirá una dinámica de creación de contenidos; el software abierto fomenta que las empresas locales atiendan esas necesidades", dice.

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