Enseñar Ciencias de la Naturaleza
Para el nuevo curso académico, la Junta de Andalucía implantará algunos aspectos de la LOCE que, "dicen", contribuirán a mejorar la calidad de la enseñanza.
Sin embargo, como padres y como ciudadanos nos preocupa la situación en que cada nueva ley educativa deja a la enseñanza de las Ciencias de la Naturaleza: seis horas en el primer ciclo de la ESO y dos horas en el segundo ciclo, más otras dos opcionales en el itinerario Científico-tecnológico.
¡Con las nuevas medidas de la ministra Del Castillo habrá menos horas de Ciencias de la Naturaleza que de Religión! ¡Repito, en la Espa...
Para el nuevo curso académico, la Junta de Andalucía implantará algunos aspectos de la LOCE que, "dicen", contribuirán a mejorar la calidad de la enseñanza.
Sin embargo, como padres y como ciudadanos nos preocupa la situación en que cada nueva ley educativa deja a la enseñanza de las Ciencias de la Naturaleza: seis horas en el primer ciclo de la ESO y dos horas en el segundo ciclo, más otras dos opcionales en el itinerario Científico-tecnológico.
¡Con las nuevas medidas de la ministra Del Castillo habrá menos horas de Ciencias de la Naturaleza que de Religión! ¡Repito, en la España de Constitución laica y de gobierno del PP habrá más horas de religión, con nota, que horas de Ciencias de la Naturaleza!
Si a esto unimos que en la Andalucía del PSOE los presupuestos para Educación reducen cada año el número de profesores, masifican las aulas y favorecen descaradamente la enseñanza privada y concertada en detrimento de la pública, el futuro de la enseñanza de las Ciencias es verdaderamente preocupante.
Hoy, los alumnos no reciben la educación científica necesaria para conocer el papel de la ciencia, motor de desarrollo y progreso de la sociedad, y mucho menos para ingresar preparados en carreras científicas.
Medidas como aumento en el número de horas dedicadas a las ciencias, desdoblamiento de grupos para clases prácticas, supresión de la política de desplazamiento de profesores, aumento del número de horas de atención a padres y alumnos por parte del profesorado, etcétera, contribuirían sin duda a mejorar la enseñanza.
Para ello falta nos está haciendo que la política y los recursos financieros se pongan a trabajar en preparar a nuestros hijos para ser ciudadanos de este mundo: humanistas, pero también científicos.