Txabarri revalida en su investidura su apuesta por el 'plan Ibarretxe'

PSE e IU reciben al nuevo diputado general con ofertas de acuerdo y su voto en blanco

El nuevo diputado general de Guipúzcoa, el peneuvista Joxe Joan González de Txabarri, elegido ayer por las Juntas Generales en Oñati, se reafirmó en su "firme compromiso" de erigirse en el "promotor" del plan soberanista del lehendakari Ibarretxe en esta provincia. "No existe una Guipúzcoa al margen de un proyecto político común para Euskadi", recalcó.

En su investidura como máxima autoridad de Guipúzcoa gracias al apoyo de los 27 representantes de la coalición EA-PNV, Txabarri mostró su perfil más soberanista para criticar el comportamiento "inusualmente agresivo y descalificado...

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El nuevo diputado general de Guipúzcoa, el peneuvista Joxe Joan González de Txabarri, elegido ayer por las Juntas Generales en Oñati, se reafirmó en su "firme compromiso" de erigirse en el "promotor" del plan soberanista del lehendakari Ibarretxe en esta provincia. "No existe una Guipúzcoa al margen de un proyecto político común para Euskadi", recalcó.

En su investidura como máxima autoridad de Guipúzcoa gracias al apoyo de los 27 representantes de la coalición EA-PNV, Txabarri mostró su perfil más soberanista para criticar el comportamiento "inusualmente agresivo y descalificador" del PP y el PSOE contra la propuesta de Ibarretxe, aunque, a continuación, pidió que nadie cuente con él para "añadir más confusión, crispación y enfrentamiento social".

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Txabarri abrió su intervención lamentando el "déficit" existente en las Juntas al no estar representadas "todas las sensibilidades políticas", en alusión a la ilegalizada Batasuna.Txabarri resultó elegido diputado general con el respaldo de su coalición -EA y PNV suman mayoría absoluta con 27 junteros sobre 51-, mientras que la otra candidata, la popular Regina Otaola, sólo obtuvo los ocho votos de su grupo. Los 12 representantes socialistas y los tres de IU votaron en blanco y el único miembro de Aralar se abstuvo.

La compleja situación política que vive el País Vasco y las críticas cruzadas entre nacionalistas y constitucionalistas monopolizaron las más de seis horas de duración del pleno de investidura. Txabarri recalcó que pretende ser "radical" en la defensa de los derechos humanos y respetar las reglas de juego democráticas y las normativas establecidas. Reiteró que buscará acuerdos con al menos uno de los grupos de la oposición para las materias importantes, "con una renuncia explícita y expresa al uso del rodillo parlamentario".

Regina Otaola dedicó gran parte de su intervención a defender la Constitución y el Estatuto de Gernika y a criticar el "rupturismo" que proclama Ibarretxe, cuyo plan definió como "un proyecto viciado" y "un ensayo de laboratorio que terminará en un estreopitoso fracaso".

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El PSE ofreció a Txabarri su apoyo si su Gobierno foral se aleja de "propuestas unilaterales y desafíos al Estado de Derecho". Su portavoz, Miguel Buen, le reclamó "el mismo talante dialogante" que, a su juicio, distinguió al anterior diputado general, Román Sudupe.

Jon Lasa, de IU, anunció la "leal oposición" que ejercerá este partido contra el "continuismo" nacionalista. Propuso crear un "consejo social" para "dar cabida a todos los ciudadanos", incluidos los que apoyan a la ilegalizada Batasuna y establecer un "departamento de Derechos Humanos" para "acabar con su instrumentalización". El portavoz de Aralar, José Etxeberría, dio prioridad a "lograr la paz y la soberanía".

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