Entrevista:LAURA FELIU | Novia del periodista marroquí en huelga de hambre

"Alí sabe que está en juego algo más que su propia vida"

Todavía ojerosa por el ajetreo del viaje de regreso a Barcelona, Laura Feliu afrontaba el viernes la sofocante y húmeda ola de calor que azotaba la ciudad con la mente puesta en el hospital de Avicena donde su compañero sentimental, el periodista Alí Lmrabet, había entrado en el 46º día de su huelga de hambre, en la que sólo toma agua, sal y azúcar. "Es una situación muy delicada. A partir de ahora, en cualquier momento puede entrar en coma. Ya casi no se puede mover, los dolores musculares son constantes, tiene problemas de visión y le duele la cabeza. Pero aún está sorprendentemente lúcido y...

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Todavía ojerosa por el ajetreo del viaje de regreso a Barcelona, Laura Feliu afrontaba el viernes la sofocante y húmeda ola de calor que azotaba la ciudad con la mente puesta en el hospital de Avicena donde su compañero sentimental, el periodista Alí Lmrabet, había entrado en el 46º día de su huelga de hambre, en la que sólo toma agua, sal y azúcar. "Es una situación muy delicada. A partir de ahora, en cualquier momento puede entrar en coma. Ya casi no se puede mover, los dolores musculares son constantes, tiene problemas de visión y le duele la cabeza. Pero aún está sorprendentemente lúcido y conserva su sentido del humor. Pide que le expliquemos cómo van las cosas y aunque le duele reírse, todavía intenta ver el lado irónico de las cosas". No es una situación fácil para ella, pero no deja que las emociones la turben. Se expresa con una serenidad pausada y sólo el halo de tristeza que a menudo cruza su mirada delata la huella del sufrimiento en el apacible rostro de esta barcelonesa de 38 años, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Barcelona.

"Lmrabet ha logrado ya que se sepa que en Marruecos no hay libertad de expresión"
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Cuando en 1996 leyó su tesis doctoral sobre la promoción de los derechos humanos en Marruecos, poco podía imaginar Laura Feliu que su propia vida se vería tan profundamente imbricada en el sujeto de su investigación. Conoció a Alí Lmrabet precisamente a causa de su trabajo, en uno de sus frecuentes viajes a Marruecos, hace tres años y medio. En ese momento él acababa de dejar Le Journal y estaba preparando la aparición del semanario Demain, una especie de Cambio16 de la transición marroquí. Laura Feliu la define como una publicación intelectualmente exigente, con artículos en profundidad y una línea editorial que rápidamente incomodó a los sectores más cercanos al poder, incluidos los de la antigua oposición socialista. "La cerraron en diciembre de 2000, con otras dos publicaciones, y la decisión fue tomada por un gobierno presidido por un socialista. Alí tuvo una gran desilusión. Oficialmente fue por haberse referido a una carta de un dirigente socialista que implicaba al partido en un intento de golpe de Estado de 1972, pero en realidad, lo que había incomodado de verdad era un artículo en el que, a partir del trabajo de una ONG a favor de los derechos humanos, se describía cómo muchos de los torturadores de los llamados años del plomo ocupan ahora cargos en la Administración, en el Ejército y en altas instancias del Estado", recuerda. El cierre de la revista supuso una debacle económica, pero Lmrabet no desistió. Al poco lanzó una nueva revista, esta vez satírica, con caricaturas y textos sobre realidad política pasados por el tamiz de la ironía y a veces del sarcasmo. "Ese tipo de humor no fue bien recibido. Se consideraba peligroso. Un dibujo, una foto, una imagen que ridiculizara una situación podía hacer más daño que un artículo en una sociedad que en que más del 50% de la población es analfabeta. Era una revista fácil de leer y tenía un precio asequible, de modo que se convirtió en un éxito fulminante, especialmente entre los jóvenes". Tanto éxito que al poco fue clausurada y su director procesado por injurias al rey.

Laura seguía viviendo en Barcelona y Alí en Marruecos, pero se veían con mucha frecuencia. "Era una relación intensa, aunque tributaria del teléfono y del avión". Todo se precipitó el pasado 21 de mayo, el día que fue condenado y decidió iniciar una huelga de hambre. Ella sabe que su compañero puede morir y aunque ha movido Roma con Santiago para conseguir el indulto del rey, el desenlace no está en sus manos. No sabe si el indulto llegará y si llegara, tampoco sabe cómo iba a reaccionar Alí Lmrabet. "Él considera injusta la condena a tres años de cárcel que le ha impuesto el tribunal de apelación y no cree que nadie le tenga que perdonar nada. La suya es una apuesta muy fuerte. Él ha tomado una determinación muy extrema porque está convencido de que lo que está en juego es algo más que su propia vida".

Tanto Laura como las hermanas de Alí, Nadia y Nasiha, han intentado convencerlo de que deje la huelga de hambre. "Le hemos dicho que lo que pretendía ya lo ha conseguido. Que ha logrado que todo el mundo sepa que en Marruecos no hay libertad de expresión, que no se respetan los derechos humanos, pero él insiste en que si ahora abandona, otros pensarán que no es posible avanzar y dejarán de luchar".

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Está convencida de que sólo el indulto puede darle una oportunidad. "Es muy tozudo", dice, con resignación. ¿Estás preparada? Las respuestas de Laura siempre son pausadas. Ésta lo es un poco más: "Nosotros hemos luchado con todas nuestras fuerzas. Hemos hecho todo lo posible, incluso tratar de convencerle de que ha llegado el momento de dejarlo. Pero hay una parte que es decisión suya, personal. Y en esa parte, nadie puede entrar".

Laura Feliu.MARCEL.LÍ SÁENZ

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