El Gobierno dispuesto a hablar con Madrid para resolver sus discrepancias en la liquidación del cupo de 2001

El Ejecutivo vasco está dispuesto a sentarse a negociar con Madrid las diferencias que mantienen respecto a la liquidación del cupo de 2001, afirmó ayer su portavoz , Josu Jon Imaz, tras la reunión del Consejo de Gobierno. Ante la petición del Gobierno central de una reunión urgente de la Comisión Mixta de Cupo, Imaz convino en que "las diferencias de interpretación no deben darse en los medios de comunicación ni en los tribunales, sino que debemos hablar y dialogar en torno a una mesa".

El problema ha surgido por la decisión del Gabinete de Ibarretxe de abonar el mes pasado a la Admini...

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El Ejecutivo vasco está dispuesto a sentarse a negociar con Madrid las diferencias que mantienen respecto a la liquidación del cupo de 2001, afirmó ayer su portavoz , Josu Jon Imaz, tras la reunión del Consejo de Gobierno. Ante la petición del Gobierno central de una reunión urgente de la Comisión Mixta de Cupo, Imaz convino en que "las diferencias de interpretación no deben darse en los medios de comunicación ni en los tribunales, sino que debemos hablar y dialogar en torno a una mesa".

El problema ha surgido por la decisión del Gabinete de Ibarretxe de abonar el mes pasado a la Administración central 32,2 millones de euros menos de la cantidad fijada por ésta. El Ejecutivo basa esta decisión unilateral en el mecanismo pactado entre ambas partes el pasado 6 de mayo de 2002, según el cual la modificación de los Presupuestos del Estado producen "una minoración en el cupo líquido". La modificación presupuestaria a la que alude el Gobierno vasco es el traspaso a las comunidades autónomas de régimen común de las transferencias en materia de sanidad.

Pero el problema de aplicar este ajuste de forma no pactada es que a finales de julio el Gobierno central debe de compensar a las diputaciones forales por el IVA y por los impuestos especiales, como hidrocarburos y alcoholes, de modo que podría cobrarse directamente esa cantidad deduciéndola del importe total a pagar. El diputado de Hacienda de Álava, Juan Antonio Zarate, se mostró ayer contrariado ante la posibilidad de que sean las diputaciones las paganas de esta disputa del Gobierno vasco con el Estado, por lo que instó a ambas partes a que resuelvan sus problemas.

La Diputación de Álava prefiere no tener que actuar también unilateralmente y descontar de la aportación que tiene que hacer al Gobierno vasco a finales de este mes la misma cantidad que el Gobierno central pudiera detraerle a finales de julio. "La Diputación de Alava no quiere verse involucrada en esos ajustes de cuentas y no puede salir perjudicada con una menor disponibilidad de recursos como consecuencias de estas actuaciones", manifestó Zárate.

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