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Rojo, en la Academia

LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA refuerza la presencia de economistas en su seno. Está previsto que hoy ingrese en la misma Luis Ángel Rojo, uno de los profesionales más influyentes de la segunda mitad del siglo XX, cubriendo la vacante que dejó Jesús Aguirre, el duque de Alba. A partir de ahora, Rojo acompañará a José Luis Sampedro (otro buen economista, de una escuela distinta a la de Rojo, que le propuso para entrar) en el asesoramiento del lenguaje económico al resto de los académicos y, a través suyo, a la sociedad.

Rojo y Sampedro son ejemplos vivientes de que un economista es más intere...

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LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA refuerza la presencia de economistas en su seno. Está previsto que hoy ingrese en la misma Luis Ángel Rojo, uno de los profesionales más influyentes de la segunda mitad del siglo XX, cubriendo la vacante que dejó Jesús Aguirre, el duque de Alba. A partir de ahora, Rojo acompañará a José Luis Sampedro (otro buen economista, de una escuela distinta a la de Rojo, que le propuso para entrar) en el asesoramiento del lenguaje económico al resto de los académicos y, a través suyo, a la sociedad.

Rojo y Sampedro son ejemplos vivientes de que un economista es más interesante cuando tiene otros registros añadidos al propio de la economía. Sampedro es novelista, y Rojo disertará en su entrada en la Academia sobre algo que aparentemente no tiene nada que ver con su mundo profesional: "La sociedad madrileña en Galdós". Intelectual, economista, servidor público, catedrático, académico de Ciencias Morales y Políticas, Rojo sigue la estela de Keynes, de quien fue introductor en España y sobre el que ha escrito ocho libros, entre ellos Keynes, su tiempo y el nuestro (una mezcla de biografía, historia económica, historia del pensamiento económico y teoría monetaria). Hace bastantes años, un grupo de economistas latinoamericanos y españoles (entre los que se encontraba el que luego sería presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso) viajaba por la cornisa cantábrica, desde el palacio de La Granda, en medio de los terrenos de Ensidesa, en Avilés, hacia Santander. El autobús se detuvo en Santillana del Mar; la persona que, convertida en guía espontáneo, aleccionó a los viajeros sobre el maravilloso arte románico de la colegiata fue Rojo.

Si a algo está vinculada la biografía profesional de Luis Ángel Rojo es al Banco de España. La singularidad de algunas personas que gozan de carisma para rodearse de colaboradores competentes marca las instituciones

Rojo representó al keynesianismo en España, hasta que cambió el tiro de su pensamiento. En el prólogo del libro citado escribe: "El autor, como casi todos los economistas de su generación, se educó en una firme ortodoxia keynesiana en la que estuvo instalado mucho tiempo; pero ha procurado no ignorar las críticas a esa ortodoxia ni cerrar los ojos a la erosión que iba produciendo en ella la experiencia acumulada... El éxito científico de la teoría keynesiana ha consistido en su capacidad de inspirar investigaciones empíricas que han ido poniendo al descubierto sus limitaciones en la interpretación de la realidad". Luego, Rojo también introduciría el monetarismo en nuestro país. El nuevo académico llegó al Banco de España con el paradigma teórico del keynesianismo y salió monetarista.

Pero si a algo está vinculado el historial de Rojo es al Banco de España. En su magnífica historia sobre El Servicio de Estudios del Banco de España 1930-2000, el catedrático Pablo Martín Aceña recuerda que Ortega y Gasset decía que las biografías son transcendentes para una institución "cuando, al suprimirlas, mediante un denkexperiment o construcción imaginaria, nos vemos forzados a modificar, también imaginariamente, su trayectoria". Y eso ocurriría si en lugar de Rojo colocamos a otro economista "porque estamos convencidos de que, al no estar él, tampoco hubieran estado sus discípulos y colaboradores... La singularidad de algunas personas que gozan del carisma para rodearse de colaboradores competentes, marcan las instituciones, dejando en ellas una huella que sin su presencia no existiría".

Director del servicio de estudios durante 17 años, subgobernador cuatro años y gobernador del Banco de España ocho, Rojo es uno de los economistas con más discípulos. Su presencia pública en casi la totalidad de las últimas cinco décadas de la historia de España tiene pocos precedentes (ya estuvo en la elaboración del Plan de Estabilidad de 1959). En ese periodo convivió con cuatro gobernadores de la entidad emisora (Coronel de Palma, López de Letona, Álvarez Rendueles y Mariano Rubio), casi una docena de ministros del ramo (Monreal Luque, Barrera de Irimo, Cabello de Alba, Villar Mir, Carriles Galarraga, Fernández Ordóñez, García Añoveros, Leal, Boyer, Solchaga y Solbes), y cinco vicepresidentes económicos del Gobierno (Fuentes Quintana -que le llevó al Banco de España-, Abril Martorell, Calvo Sotelo, García Díez y Rodrigo Rato).

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