El hispanista Márquez Villanueva defiende una vuelta a la multiculturalidad

El investigador presentó una edición crítica de Pérez Galdós en la Feria del Libro de Sevilla

El hispanista Francisco Márquez Villanueva, un sevillano de 72 años que se instaló en Boston (Estados Unidos) en 1959 y es titular del Departamento de Lenguas Romances de la Universidad de Harvard, lleva toda la vida enriqueciendo la historia con su visión multicultural y pluralista. El investigador, autor de 15 libros, dio ayer una conferencia en la Feria del Libro de Sevilla sobre su obra Aita Tettauen, una edición crítica de uno de los Episodios Nacionales en los que Pérez Galdós vislumbra el fracaso del colonialismo.

Sus libros, entre los que desta...

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El hispanista Francisco Márquez Villanueva, un sevillano de 72 años que se instaló en Boston (Estados Unidos) en 1959 y es titular del Departamento de Lenguas Romances de la Universidad de Harvard, lleva toda la vida enriqueciendo la historia con su visión multicultural y pluralista. El investigador, autor de 15 libros, dio ayer una conferencia en la Feria del Libro de Sevilla sobre su obra Aita Tettauen, una edición crítica de uno de los Episodios Nacionales en los que Pérez Galdós vislumbra el fracaso del colonialismo.

Sus libros, entre los que destacan El concepto cultural alfonsí (Mapfre, 1994) o El problema morisco (Ediciones Libertarias-Prodhufi, 1991), constituyen una defensa del diálogo entre civilizaciones, de todo lo que nuestra cultura actual tiene aún de su pasado musulmán y judío.

"Estamos en el suelo en el que los árabes han permanecido más tiempo y la huella es imposible de borrar. Cuando viajo al norte de África, es como si estuviera en Al-Andalus, como encontrarme en una España transterrada", comenta Márquez Villanueva, especialista en Literatura Española del Siglo de Oro, Historia Religiosa de España y Literatura comparada, entre otras disciplinas.

El profesor, que pronunció ayer la conferencia La guerra de África en la visión histórica de Galdós tras la presentación que hizo de su obra el periodista José María Ridao, asegura que el reconocimiento de la multiculturalidad española y, especialmente, andaluza, es una idea reprimida "todavía hoy". "La historia la escriben los vencedores, son los únicos que pueden pagarla, y existe una ortodoxia muy establecida; sobre todo en el mundo académico", comentó el investigador, jubilado hace dos años aunque todavía es director de varias tesis doctorales en Harvard. El hispanista, autor de más de 150 artículos de investigación, participó en la Feria del Libro de Sevilla invitado por la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, organismo vinculado a la Consejería de la Presidencia de la Junta.

Márquez Villanueva achaca esa negación que Andalucía hace de todo lo musulmán y hebreo a que se trata de "una tierra colonizada"en la que la política oficial venía impuesta desde Madrid. "Cuando San Fernando expulsa a todos los que no son cristianos. Andalucía se queda vacía y traen a castellanos para repoblarla. La falta de población crea un dominio feudal anacrónico; después Alfonso X abrió la mano y permitió que volvieran los mudéjares que se habían refugiado en Granada", explica.

"Un buen ejemplo de esta postura es la reacción de los miembros de la Academia de la Historia en el siglo XIX cuando un académico novato pronunció su discurso de ingreso en el que defendió las aportaciones de la literatura aljamiada (escrita en romance pero con caracteres árabes o judíos) a nuestra cultura. El académico que le tenía que dar la réplica se saltó todo el protocolo y en lugar de alabar sus cualidades le dijo que eso era un disparate", comenta. El profesor asegura que en España existe un gran desconocimiento de la realidad del judaísmo y del islam. "En Granada, donde se celebró un congreso de literatura aljamiada, algunos andalucistas radicales y no bien informados hicieron pintadas que decían: 'Los andaluces hablamos aljamiao', puesto que el aljamiado es castellano, no se habla, sino que se escribe", recuerda. "Como decía el francés Bergson, la piedra de toque para el liberalismo de una sociedad es su inclinación a aprender lenguas extranjeras. Yo estoy de acuerdo y, además, seguro de que el entendimiento entre los pueblos es posible", concluye.

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