ELECCIONES 25M | La batalla por las tres diputaciones

Álava polariza la pugna en las forales

PNV-EA espera captar el voto de Batasuna para lograr la mayoría absoluta en Vizcaya y Guipúzcoa

Álava es diferente. No existe una mayoría nacionalista como en las otras provincias. Por eso se explica que el PP haya gobernado los últimos cuatro años la Diputación y que Vitoria sea el lugar en el que todos los partidos se han volcado en la campaña. Y hay una razón añadida: en las elecciones de 1999 la diferencia entre los ganadores (PP) y los segundos (PNV-EA) fue de 441 votos.

En estos cuatro años, sin embargo, han cambiado las circunstancias. El PP ha demostrado, por primera vez, que puede gobernar en el País Vasco, y ha conseguido estabilidad política. Con el apoyo de los sociali...

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Álava es diferente. No existe una mayoría nacionalista como en las otras provincias. Por eso se explica que el PP haya gobernado los últimos cuatro años la Diputación y que Vitoria sea el lugar en el que todos los partidos se han volcado en la campaña. Y hay una razón añadida: en las elecciones de 1999 la diferencia entre los ganadores (PP) y los segundos (PNV-EA) fue de 441 votos.

En estos cuatro años, sin embargo, han cambiado las circunstancias. El PP ha demostrado, por primera vez, que puede gobernar en el País Vasco, y ha conseguido estabilidad política. Con el apoyo de los socialistas desde la oposición, Ramón Rabanera ha sacado adelante los proyectos más importantes y los presupuestos de los cuatro años. La coalición nacionalista PNV-EA intenta recuperar la Diputación perdida con un candidato nuevo y joven, el ex concejal de Vitoria Álvaro Iturritxa. Llegan a las elecciones con la certeza de que se presentan a una especie de plebiscito: además de elegir a los gobernantes de Álava, se producirá una votación implícita del plan de Ibarretxe.

El PNV sólo ha logrado aprobar dos presupuestos en cuatro años en Vizcaya
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Hasta tres partidos tienen posibilidades de ganar: PP, PNV-EA y los socialistas. Pero más relevante será lo que ocurra a partir del 26 de mayo. Los nacionalistas, aunque limen votos de la ilegalizada Batasuna, deben esperar un entendimiento entre PP y PSE, ambos unidos por la idea de que no gobierne el nacionalismo. Y queda otro partido, Unidad Alavesa, en clara crisis pero que puede inclinar la balanza, siempre a favor de los constitucionalistas.

El PP no recibirá esta vez un cheque en blanco de los socialistas, como en 1999, para conformar el Gobierno foral. "La misma generosidad que tuvimos nosotros se la pediremos al PP", ha advertido el candidato del PSE, el senador Javier Rojo. Los socialistas aspiran ahora a gobernanr la Diputación, con el apoyo del PP desde la oposición.

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El control de Hacienda

El PNV acude a las elecciones a las Juntas Generales de Vizcaya con la aspiración de volver a lograr la mayoría absoluta perdida con la escisión de 1986. La coalición con EA de hace cuatro años fue un fracaso, pero ahora, con la ausencia forzada de Batasuna, creen que puede alcanzar los 26 junteros, lo que les permitiría prescindir de acuerdos con otras fuerzas. La mayoría en Vizcaya es una de las claves del PNV para estas elecciones, puesto que le evitaría los problemas sufridos en esta legislatura, en la que sólo ha podido aprobar dos presupuestos, con el apoyo primero de Euskal Herritarrok y, el pasado año, del PSE.

El control sin cortapisas de la Diputación vizcaína y su poderosa Hacienda foral, que ya ingresa al año cerca de 5.000 millones de euros, es el objetivo del nuevo candidato de PNV-EA, José Luis Bilbao, quien sustituye al diputado general de los últimos ocho años, Josu Bergara. El cambio de candidato no estuvo exento de tensiones internas al intentar Bergara presentarse de nuevo, pese a que el aparato del PNV vizcaíno había elegido a Bilbao. El aspirante al máximo cargo en Vizcaya es un hombre que conoce los entresijos de la Diputación, donde trabaja desde hace 15 años y representa a la nueva generación que accede al poder en el partido.

PP y PSE pugnan entre sí por el segundo puesto y aspiran a aumentar sus respectivos diez junteros actuales para frustrar la hegemonía del PNV-EA. Los socialistas vuelven a cambiar de candidato -en esta ocasión es su secretario general de Vizcaya ,José Antonio Pastor- y han renovado la mayor parte de su lista. El PP, en cambio, va por tercera vez con Carlos Olazabal, una de las voces más críticas contra la gestión nacionalista.

IU cambia también su candidato en la persona de José Ferrera con la esperanza de acercarse a disponer del grupo propio que llegó a tener hace ocho años, y Aralar sueña con ingresar en la Casa de Juntas de Gernika.

Tono anodino

Las forales en Guipúzcoa no dejan mucho margen a la sorpresa. Por eso, el tono de la precampaña ha discurrido en tono anodino. Parece haber calado una cierta resignación ante una victoria suficiente de la coalición EA-PNV. El equipo que lidera Joxe Joan González de Txabarri afirma disponer de sondeos que le otorgan una "mayoría absoluta holgada".

Este triunfalismo se sustenta en los pingües dividendos que espera obtener de la bolsa de sufragios que perderá la izquierda abertzale tras la anulación de la lista de AuB. Los 105.000 votos obtenidos por EH en 1999, durante la tregua se redujeron a 70.000 en las autonómicas de 2001, pero EA-PNV da por sentado que habrá un flujo a su favor, lo que podría asegurarle los 26 escaños necesarios para no tener que gobernar en minoría y no estar al albur de apoyos externos para sacar los presupuestos, como le ocurrió a Sudupe la última legislatura.

La amplia implantación de la izquierda abertzale en Guipúzcoa confiere un carácter de plebiscito sobre Batasuna a esta cita electoral. El recuento de los votos nulos aclarará si éstos cierran filas o, por el contrario, buscan abrigo en otras opciones.

Ante esta situación, González de Txabarri ha sido el más claro. En cuanto fue proclamado candidato, el ex diputado peneuvista en el Congreso dijo que pondrá a la Diputación de Guipúzcoa al servicio del plan soberanista de Ibarretxe, incluso en política social, en un intento por atraerse al sector más desorientado de Batasuna.

Los socialistas apuestan por la continuidad al presentar como candidato a Miguel Buen, cuya dilatada trayectoria institucional -alcalde de Rentería y portavoz del PSE en las Juntas Generales- le ha hecho ser muy permeable a la consecución de acuerdos parciales con los nacionalistas en bien de la gobernabilidad de la Diputación. Buen apuesta por insuflar un aire más progresista a la política foral, con un mayor impulso a las políticas sociales y una mejora de la financiación de los municipios.

El PP insiste en su discurso sobre la necesidad de liberarse de las "imposiciones nacionalistas" y critica la "perversa utilización de las instituciones" para fines políticos que "sólo contemplan a una parte de la sociedad", afirma su candidata, Regina Otaola. IU presenta a Jon Lasa con la esperanza de volver a las Juntas, recuperando al menos el escaño que perdió la pasada legislatura.

Información elaborada por Eduardo O. de Arri, Alberto Uriona y Mikel Ormazabal.

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