EL INFORME DE LOS PERITOS SOBRE EL 'CASO GESCARTERA' / y 4

La CNMV consintió durante años las anomalías de Gescartera que ahora ha destapado Hacienda

Los peritos de Hacienda diagnosticaron en febrero de 2003, tras año y medio de investigación, anomalías en Gescartera idénticas a las que, diez años antes y visita a visita, destaparon los inspectores de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El informe pericial reseña la ineficacia de las inspecciones de la CNMV de 1993 a 1999: "Existen una serie de anomalías en el funcionamiento de Gescartera que, lejos de corregirse tras la visita de la inspección de la CNMV, siguen reiterándose". El Ministerio de Economía ascendió a Gescartera a agencia de valores pese a esa conducta.

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Los peritos de Hacienda diagnosticaron en febrero de 2003, tras año y medio de investigación, anomalías en Gescartera idénticas a las que, diez años antes y visita a visita, destaparon los inspectores de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El informe pericial reseña la ineficacia de las inspecciones de la CNMV de 1993 a 1999: "Existen una serie de anomalías en el funcionamiento de Gescartera que, lejos de corregirse tras la visita de la inspección de la CNMV, siguen reiterándose". El Ministerio de Economía ascendió a Gescartera a agencia de valores pese a esa conducta.

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La CNMV abrió expediente sancionador por falta muy grave a Gescartera (obstrucción a la inspección) en abril de 1999. El expediente se retrasó hasta junio de 2000, cuando el consejo de la CNMV sancionó a Gescartera por falta grave (siete millones de pesetas de multa) y, a la vez, autorizó su ascenso a agencia de valores, una calificación que le otorgaba más libertad para actuar. El Ministerio de Economía ratificó ese ascenso en septiembre. Los peritos de Hacienda recuerdan que la CNMV llevaba diez años detectando irregularidades:

1993. "No tienen los medios humanos que indican, ni han cumplido los objetivos de volumen de negocio, aunque dada la escasa actividad realizada no se han detectado irregularidades importantes". El patrimonio gestionado de clientes ascendía entonces a 2,9 millones. "Como consecuencia de esta primera inspección", recuerdan los peritos, "se propuso la apertura de un expediente sancionador pues esta sociedad -Gescartera y Bolsa Consulting- había realizado actividades para las que no estaba facultada, lo que constituye una infracción muy grave". La sanción impuesta por la CNMV ascendió a 771.000 euros. Nunca la pagó.

1995. Los clientes son 420 con un patrimonio de 6,3 millones de euros. Las comisiones cobradas ascienden a 120.000 euros. Y surge ya la anomalía clave que, según acreditarán ocho años más tarde los peritos, constituirá la base de la mecánica fraudulenta de Gescartera: "Se comprueba por la CNMV la existencia de operaciones cruzadas entre clientes en las que de forma sistemática se perjudican a unos con beneficio en la contraparte, excluyendo los corretajes".

Esta maniobra fraudulenta no es ya en 1995 una anécdota. "La mayoría de las operaciones son de compraventa de valores en el día, con lo que la posición final es nula, y sólo se liquidan los resultados de la contratación conociéndose con anterioridad a la asignación de valores el resultado de la gestión efectuada".Las alarmas están más que disparadas en 1995: "En el final del informe se exponen las dudas sobre la viabilidad de la gestora, pues sus ingresos -si se descontasen las retrocesiones que deberían devolverse a los clientes- son muy pequeños e inferiores a los gastos de explotación".

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1997. Tercera inspección de la CNMV. Hallan idénticas deficiencias. "No tiene un sistema que permita desglosar las operaciones de forma objetiva; esta deficiencia es especialmente importante en el caso de las operaciones intradía (operaciones de compra y venta de los mismos valores en el mismo día) pues a los clientes no se les asigna valores comprados o vendidos, sino los resultados derivados de la compraventa en el día de los valores comprados y vendidos".

De la gestión de Antonio Camacho, dueño de Gescartera, surgen ya datos muy preocupantes: "Durante el periodo analizado, 99 clientes han realizado operaciones de compraventa de valores por importe de 22 millones de euros sin contar con patrimonio alguno, ni en valores ni en liquidez". La nómina de testaferros de Gescartera que identificarían y denunciarían en 2003 los peritos de Hacienda ya habían entrado en acción. Y la CNMV, en cuya dirección figuraba el ex diputado del PP Luis Ramallo y Pilar Valiente, una mujer de confianza del Gobierno de José María Aznar, los había detectado sin corregirlos.

Hay un nuevo grueso trazo ya en 1998 de la actuación de testaferros en el entramado de Gescartera que detectan los inspectores de la CNMV: "Los beneficios de esta operativa han ascendido a 96.000 euros repartidos entre un gran número de clientes, mientras que las pérdidas son de un importe de 102.000 euros y corresponden a tres clientes".

"Existe un elevado número de operaciones intradía, lo que origina unas elevadas comisiones de intermediación: las comisiones cobradas por Link y HSBC son del 0,25%, -superiores a la media del mercado- y de esta comisión ceden a Gescartera Dinero el 60%".

Precisamente, estos gastos de comisiones, disparatados por su alto porcentaje y su multiplicación por las continuas compraventas intradía, junto con la asignación de pérdidas a testaferros insolventes y de inmerecidos beneficios a clientes selectos, serán la causa de lo que los peritos años más tarde denominarán "déficit estructural". Una bola de nieve que, por si sola, dejará un agujero de 29,2 millones.

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