GUILLERMO O'DONNELL | Politólogo

"Si ganara Menem, sería la muerte de la democracia"

Guillermo O'Donnell, ensayista argentino, politólogo, profesor en la Universidad de Cambridge, entre otras, y uno de los referentes en el estudio de los sistemas políticos latinoamericanos, no es demasiado optimista ante la segunda vuelta de las elecciones argentinas: "Si ganara Menem, sería la muerte de la democracia; una muerte lenta y progresiva. (...) Un nuevo Gobierno Menem sería gravísimo por su potencial autoritario", dice.

Néstor Kirchner, que disputará a Menem la segunda vuelta el 18 de mayo, tampoco parece una opción destacable. "Kirchner gobernó su provincia al mejor estilo p...

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Guillermo O'Donnell, ensayista argentino, politólogo, profesor en la Universidad de Cambridge, entre otras, y uno de los referentes en el estudio de los sistemas políticos latinoamericanos, no es demasiado optimista ante la segunda vuelta de las elecciones argentinas: "Si ganara Menem, sería la muerte de la democracia; una muerte lenta y progresiva. (...) Un nuevo Gobierno Menem sería gravísimo por su potencial autoritario", dice.

Néstor Kirchner, que disputará a Menem la segunda vuelta el 18 de mayo, tampoco parece una opción destacable. "Kirchner gobernó su provincia al mejor estilo patrimonialista y ahora está apoyado por la estructura política de [el presidente, Eduardo] Duhalde, en la que no abundan los valores republicanos". Según O'Donnell, todo conduce a una peligrosa pérdida de los derechos civiles. "Hay una creciente tendencia a aumentar la represión, así como una creciente anestesia de buena parte de la opinión pública. Es un declive casi imperceptible, como termitas que van comiéndose la casa y un día das un portazo y se cae la casa entera. Algo que Menem aceleraría, mientras Kirchner es un signo de interrogación. El resultado de las elecciones ofrece una disyuntiva lamentable".

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En los comicios del 27 de abril, dos miembros del partido peronista, Menem y Kirchner, obtuvieron el primero y el segundo puestos, que los situó en la segunda vuelta. Sin embargo, los puestos tercero y cuarto quedaron en manos de dos partidos nuevos: Movimiento Federal Recrear, de López Murphy, centroderecha, y Afirmación para una República Igualitaria (ARI), de Elisa Carrió, de centro izquierda. "Tienen el pecado original de la política argentina: son personalistas. Ahora sus líderes tienen el desafío de construir verdaderos partidos".

Las elecciones pusieron de manifiesto la imposibilidad de evitar el regreso de los viejos políticos tras la peor crisis vivida por el país desde finales de 2001. Un fracaso con raíces profundas, que se asientan en la última dictadura militar (1976- 1983). "Se produjo una decapitación de mi generación y de la que siguió, evidente en los miles que mataron, pero también en los que nos fuimos", dice O'Donnell, ejemplo de la emigración de profesionales cualificados a finales de los setenta.

El camino cuesta abajo del país tras la dictadura parece evidente comparado con otros que vivieron en la misma época un proceso similar, como España. "Cuando Argentina volvió a la democracia encontró un Estado mucho más desmantelado que España o Chile, y no hay democracia viable sin Estado fuerte que garantice los derechos civiles. Mientras que España tuvo crecimiento durante los últimos 10 años de Franco, la dictadura argentina dejó una grave crisis y una abultada deuda externa. España tuvo, además, dos figuras destacadas en Adolfo Suárez y en el Rey. Raúl Alfonsín

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[presidente argentino entre 1983 y 1989] no fue la suma de los dos".

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