Un menor de edad secuestra un autobús en Alemania seis horas

Trataba de conseguir la liberación de cuatro terroristas y protestar contra Israel

Un joven alemán de origen libanés, de 17 años, se apoderó ayer de un autobús de servicio público en Bremen, al norte del país, y tomó 19 rehenes, con los que pretendía llegar hasta Múnich, en el sur. Tras parar el vehículo en una autovía y entablar negociaciones con la policía, el secuestrador se entregó y liberó sanos y salvos a los pasajeros. El joven pretendía protestar "contra Israel" y forzar la liberación de cuatro terroristas detenidos.

Los responsables de Interior de los dos Estados federales que atravesó el autobús -Bremen y Baja Sajonia- dieron anoche informaciones contradicto...

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Un joven alemán de origen libanés, de 17 años, se apoderó ayer de un autobús de servicio público en Bremen, al norte del país, y tomó 19 rehenes, con los que pretendía llegar hasta Múnich, en el sur. Tras parar el vehículo en una autovía y entablar negociaciones con la policía, el secuestrador se entregó y liberó sanos y salvos a los pasajeros. El joven pretendía protestar "contra Israel" y forzar la liberación de cuatro terroristas detenidos.

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Los responsables de Interior de los dos Estados federales que atravesó el autobús -Bremen y Baja Sajonia- dieron anoche informaciones contradictorias sobre el secuestro y los motivos del joven, que habría anunciado en una carta su intención de viajar a Oriente Próximo para luchar contra Israel y además se habría propuesto liberar a islamistas retenidos. "Toda resistencia es inútil. No estoy solo. Si no logro mi misión, gran parte de Hannover quedará en escombros", se lee en una carta dejada la víspera a sus padres, según las autoridades de Bremen. Hace dos semanas, un secuestro similar tuvo lugar en Berlín.

El armamento con el que el secuestrador, poco antes de las 10 de la mañana, se apoderó de un autobús de la línea 120 en Bremen, resultó falso: la pistola era de fogueo y las supuestas bombas químicas eran apenas botellas llenas de alcohol. Tras encañonar al conductor y arrinconar a los 19 pasajeros en el fondo del vehículo, el secuestrador forzó la marcha hacia el sur. En el camino liberó a tres mujeres mayores. Otro rehén pudo escapar.

Con una escolta de coches policiales y ambulancias, el autobús recorrió cerca de 150 kilómetros. Finalmente paró cerca de la ciudad de Hildesheim, porque uno de los pasajeros tenía que hacer sus necesidades, según la policía de Baja Sajonia. A través de la puerta abierta del autobús, y con un teléfono móvil, los psicólogos policiales entablaron conversación con el joven. Finalmente, tras seis horas y media de secuestro, se dejó convencer.

Nacido en Líbano, había adquirido la nacionalidad alemana el año pasado. Anoche las primeras informaciones indicaban que no forma parte de grupo terrorista alguno ni tuvo cómplices en su acción de ayer.

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El autobús, rodeado de policías en la autopista cerca de Hannover.AP

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