Un estudio editado por Aumar atribuye a la A-7 un impacto sobre el PIB del 0,5% en 2000

Un estudio elaborado por el Instituto de de Economía Internacional (IEI) de la Universidad de Valencia a requerimiento de Aumar, la empresa concesionaria de la autopista que une Tarragona y Alicante, atribuye al negocio generado por la A-7 en 2000 un peso del 0,51% del PIB de la Comunidad Valenciana. El trabajo, coordinado por Leandro García y Antonio Torregrosa, pretende estimar el impacto de la autopista sobre el conjunto de la economía valenciana y cifra en 264 millones de euros el volumen de renta y empleo generado por la A-7 en 2000.

Leandro García subrayó el carácter novedoso de u...

Un estudio elaborado por el Instituto de de Economía Internacional (IEI) de la Universidad de Valencia a requerimiento de Aumar, la empresa concesionaria de la autopista que une Tarragona y Alicante, atribuye al negocio generado por la A-7 en 2000 un peso del 0,51% del PIB de la Comunidad Valenciana. El trabajo, coordinado por Leandro García y Antonio Torregrosa, pretende estimar el impacto de la autopista sobre el conjunto de la economía valenciana y cifra en 264 millones de euros el volumen de renta y empleo generado por la A-7 en 2000.

Leandro García subrayó el carácter novedoso de un estudio que pretende estimar el impacto de una vía rápida sobre la economía regional desde una perspectiva integral atendiendo a efectos cuantitativos y cualitativos y destacó el carácter "conservador" de todas las hipótesis de trabajo iniciales.

Algunos resultados del trabajo resultan intuitivamente evidentes. El estudio analiza, por ejemplo, el impacto de la autopista sobre el precio del suelo industrial. El valor del metro cuadrado de los polígonos industriales sube en relación directa a la proximidad de la autopista.

Otros resultan más complejos. El trabajo atribuye un impacto directo de la autopista sobre el número de pernoctaciones en establecimientos turísticos cuyo coste eleva a 75 millones de euros en 2000. Tal cifra resulta de un análisis estadístico que relaciona el número de salidas de vehículos ligeros en determinados peajes con las pernoctaciones en hoteles próximos. Según los autores, muchas estancias hoteleras nunca se habrían producido si no hubiera existido la autopista.

El trabajo cifra también costes aparejados a la existencia de la vía rápida, los relativos al impacto ambiental y al ruido generado, que se miden a través de encuestas cuyo cuestionario requiere la cantidad de dinero que estaría dispuesto a desembolsar el usuario para remediar las modificaciones del paisaje que exige la construcción de la autopista. Según el estudio, la merma de bienestar aparejada al impacto paisajístico se eleva a unos 45 millones de euros.

José Luis Olivas, presidente de la Generalitat, asistió a la presentación del trabajo para subrayar la importancia que la Generalitat concede a la A-7 como "elemento vertebrador" del territorio valenciano y como exponente de los beneficios que entraña la colaboración de la "Administración con la iniciativa privada".

Los responsables de Aumar recordaron los primeros pasos de la empresa en 1972 impulsada por Joaquín Reig, entonces presidente del Banco de Valencia y vicepresidente del Banco Central, y aseguraron que la inversión inicial para construir la autopista y pendiente de amortización se eleva a 1.600 millones de euros.

Una cantidad menor si se compara con los supuestos beneficios atribuidos a la autopista por los investigadores del IEI y que sólo en 2000 sumaban en torno a 1.128 millones de euros en gastos turísticos, bienestar de las personas, ahorro de costes industriales, beneficios empresariales y rentas y empleos generados.